En muchas ocasiones se ha definido a la geopolítica como el tercer pilar esencial de los mercados, junto con la macroeconomía y la política monetaria -es decir, la acción de los bancos centrales-. Bien es cierto que los shocks de tipo geopolítico pueden tener un carácter de alcance estratégico (por ejemplo, la crisis del petróleo de 1973), de duración relativamente limitada (como es el caso de las subidas de la energía, con relación a la guerra de Ucrania) o bien de muy corto recorrido, apenas unas sesiones. En el caso, actual, en relación con Oriente Medio o la actualidad española, tal vez ni eso…de momento.