¿Qué ‘outfit’ me pongo para ir al despacho?

Ropa ‘oversized’, ‘coquette’, chándal de luxe, ‘preppy’, estilo militar, deportivo… No es fácil escapar a las tendencias de moda. Pero, ¿cómo crear tu estilo personal para no desentonar en el despacho?.

Las redes sociales y unas marcas cada vez más globales definen qué nos vestimos cada temporada. Proponen unas tendencias que son también una expresión de contemporaneidad, un espejo al que mirar sabiendo que no se desentona en el feed del influencer de moda. Todo un baño de autoestima.

 

A la moda sí, disfrazados no

El estándar del vestir en la oficina se ha relajado en el siglo XXI en favor de un protocolo menos encorsetado, pero dentro de esta flexibilidad siguen imperando ciertos códigos. Desde la consultora de recursos humanos Adecco se dice: “El estilo business casual nos permite estar más a gusto en la oficina, pero siempre teniendo en cuenta que la imagen profesional que reflejemos con nuestra vestimenta no puede ser sacrificada en beneficio de la comodidad, por lo que es necesario que nuestro look siga proyectando profesionalidad”.

Profesionalidad es otro de los conceptos claves para saber cuál es el límite de la moda coquette, preppy o cualquier otra tendencia en la oficina. Eso no significa que debas renunciar a tu propia imagen o a mostrar tu gusto por la moda, pero sí que sepas utilizar con sabiduría la imagen que vas a proyectar. Usa todos los elementos a tu favor.

 

Autoevaluación: cómo vestir en la oficina

Para acercarte a la solución te planteamos una serie de cuestiones, que pueden ayudarte.

  • ¿Qué ropa eliges para que en la primera impresión se valore más tu profesionalidad que tu buen gusto vistiendo? (no queremos condicionar la respuesta pero, antes de contestar, piensa que estás en la última fase para fichar por un prestigioso bufete o estudio de ingeniería).
  • ¿Crees que vestir siguiendo de forma marcada una tendencia muestra tu verdadera personalidad?
  • ¿La ropa elegida es coherente con lo que voy a hacer hoy? (antes de vestirte, responde a esta pregunta a diario).
  • ¿Me siento guapa/guapo y poderosa/poderoso? (sea cuál sea la elección es muy importante que sepas que llevas el mejor look posible para ese día).
  • ¿Qué complementos potencian la imagen que quiero proyectar?

 

Viste tu marca personal

El objetivo es que tu ropa sea el mejor aliado de tu marca personal, pero no lo olvides, en el contexto laboral tu imagen también es la de la empresa para la que trabajas.

Lo primero que hay que tener claro es cuál es el código de vestimenta de la empresa. Muchas dedican en su manual de bienvenida un apartado en el que, de forma específica, se explica qué se entiende por ropa de trabajo. Como hemos dicho, con la entrada del siglo XXI, una de las aportaciones de la generación millennial fue imponer una imagen más informal, movimiento que parece apuntalar el profesional zeta a medida que firma su primer contrato de trabajo.

Pero no olvides que hay sectores (despacho, financiero y seguros o el farmacéutico, entre otros) que siguen siendo adalides de una formalidad que atesoran como parte de su reputación en el mercado. En este sentido, aunque ya está aceptado el Casual friday (viernes informal), es habitual que no se vea bien el vaquero o los zapatos de plataforma y se siga manteniendo para los hombres el traje y corbata, tanto en las posiciones con trato directo con el cliente como en las de servicios internos.

Incluso en aquellas organizaciones donde no está definido el protocolo de vestimenta, conviene no dejarse llevar por las tendencias de moda sin una pensada previa. Aquí tienes unas pistas para marcar tu propio estilo:

  • Acomódate a lo que ves sin renunciar a ser tú mismo. Es muy importante que te sientas bien, pero modula tu estilo para que sea compatible con el ambiente de trabajo y sus códigos. No se trata tanto de mimetizarse como de respetar las reglas.
  • Viste en coherencia con tus funciones. No es lo mismo vestirse todos los días si trabajas en la dirección general o el departamento comercial que en el de informática o producción. Tampoco el código de vestimenta es igual cuando se trabaja en una consultora que para una agencia de publicidad.
  • No compitas con nadie. Menos aún con la jefa o el jefe. Aprende a sacar partido a los detalles, los complementos comunican tu estilo con más sutileza y elegancia.
  • En el trabajo no arriesgues. Por muy informal que sea el ambiente en tu puesto de trabajo, si una prenda te hace dudar sobre si es demasiado arriesgada o no, resérvala para el fin de semana. Los colores neutros (negro, gris, azul marino y blanco) y estilos clásicos están más asociados a los entornos profesionales. Si eliges otros colores, mejor tonos sobrios.
  • Viste conforme a tu estilo. Si lo piensas sin prejuicios, todo lo dicho hasta ahora es coherente con tener un estilo propio de vestimenta, así que anímate y utilízalo como el mejor complemento de tu marca personal.

 

Como guinda a esta invitación a la reflexión, recordamos unas palabras de una de las precursoras de la moda tal y como la entendemos hoy, la iconoclasta Coco Chanel: “No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase”.

 

 

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