En línea con lo anterior, cada vez queda más clara la diferencia que el mercado está otorgando a los países que están realizando una mejor o peor gestión de la pandemia. No solo eso, sino que la publicación de los datos de PMI en Europa en esta semana concluye que también estos países con mejor gestión de los rebrotes de Covid, desde el punto de vista sanitario, son las economías que mejor están capitalizando la recuperación económica. Prueba de lo uno y de lo otro la tenemos en Alemania, como casi siempre, y en Italia, cuyos datos de contagio y macroeconómicos están sorprendiendo muy positivamente. En ese contexto, la deuda italiana mantiene un auténtico rally, especialmente relevante si se le compara con su equivalente española: 55 puntos básicos separan actualmente al bono diez años español del cisalpino. El máximo en 2020 estuvo en 125 puntos básicos, lo que habla muy a las claras la diferencia que los inversores están otorgando hoy a una y otra deuda, una y otra gestión.
Por lo demás, septiembre ha resultado ser un mes negativo para las bolsas, en línea con la macro algo más laxa y el agotamiento del impulso iniciado en abril. La sensación es que este respiro era en parte esperado y en parte necesario para tomar nuevas fuerzas de cara al cierre de año. Este movimiento, de producirse, estará ligado a la mejora de los datos de contagio globales, al tono más positivo de los datos económicos y, de manera especial, a la menor incertidumbre geopolítica, con EE.UU. a la cabeza y al Brexit, que aún sigue distorsionando a los agentes económicos.
No está de más comentar que septiembre ha sido un mes extraordinariamente intenso en el capítulo de movimientos corporativos, a nivel global. En España, el protagonismo ha venido de la mano del sector bancario, con el anuncio de fusión entre Caixabank y Bankia. Sin duda, este trasfondo ofrece una perspectiva positiva a medio plazo: el hecho de que las cosas se muevan en el nivel empresarial indica toma de posiciones, de cara a una más que esperable recuperación. Aunque es muy prematuro asegurarlo, esta situación podría corresponderse con un cambio, a mejor, de las perspectivas de ciclo o, al menos, de la coyuntura.
Por todo ello, máxima expectación de los mercados, que empiezan a tomar en consideración las fechas del año, habitualmente asociadas a posibles rallys. En la medida que la incertidumbre vaya desapareciendo, no es descartable ncluso un cierre sorpresivamente positivo de 2020…en relación al terrible año que hemos vivido. En todo caso, la prudencia debe ser muy alta, teniendo en cuenta que dicha incertidumbre es siempre un arma de doble filo.