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16 noviembre 2023

Descubre todo lo que puede hacer el interés compuesto para incrementar tus ahorros

Adquirir conocimientos financieros básicos es fundamental para tomar las mejores decisiones en las finanzas personales. Uno de ellos es comprender el interés compuesto y su efecto multiplicador sobre tus ahorros.

El consenso es general. Comprender conceptos financieros básicos como la inflación, la diversificación y el interés simple y compuesto es la mejor vacuna para tomar las mejores decisiones financieras. Si en el anterior post de esta serie explicábamos cómo la inflación impacta en los ahorros, en este destacamos el ‘poder’ del interés compuesto y su efecto multiplicador sobre el ahorro y la inversión.

Según el estudio Las finanzas de los nativos digitales y millennials españoles, elaborado por el Observatorio de Ahorro Familiar (OAF), si tienes menos de 40 años, puedes formar parte de esa mitad de jóvenes adultos (53%) que suspende cuando se les pregunta sobre qué es el interés compuesto. Es más, en ese rango de edad, señala el informe, “es llamativo que la proporción de adultos jóvenes que tienen una comprensión adecuada del concepto de interés simple y compuesto es bastante inferior a la de los adultos más mayores (7% inferior en el caso del interés simple y más de 11% inferior en el del interés compuesto)”.

 

Porcentaje de la muestra por segmentos de edad que responde correctamente a las distintas preguntas referidas a conceptos económico-financieros. Fuente: informe OAF

Edad Inflacción Diversificación Interés simple Interés compuesto
20-29 67,6 59,6 61,3 45,8
30-39 68,5 58,3 61,4 48,1
40-74 66,6 59,9 68,4 59,4
20-74 67,1 59,6 66,0 55,2

 

Si es tu caso, te invitamos a seguir leyendo para descubrir no solo qué el interés compuesto sino también cómo convertirlo en un aliado estratégico para tus ahorros. Spolier: solo hay dos condiciones, reinvertir los intereses y mantener la inversión o el ahorro a largo plazo.

 

¿De qué hablamos cuando hablamos de interés compuesto?

La RAE lo define como “el interés de un capital al que se van acumulando sus réditos para que produzcan otros”. La versión larga es que mientras el interés simple se calcula solo sobre el capital, el compuesto se calcula sobre el capital más los intereses acumulados. Ese efecto multiplicador (exponencial) es el que permite que tus ahorros crezcan más rápido, ya que los intereses -y ahí está la ‘magia’- generan nuevos intereses. Pongamos un ejemplo:

Si tienes 6.000 euros a un interés del 5% al año, el primer año tendrás un capital de 6.300 euros (el capital inicial más 300 euros de intereses); el segundo, 6.615 euros y así sucesivamente, de manera que, pasados 10 años, los 6.000 euros se convierten en 9.769 euros, es decir, 3.769 de intereses. En el caso de no haber reinvertido los intereses (interés simple), el beneficio habría sido de 3.000 euros.

Capital (€) Intereses acumulados (€)
Año 1 6.000 300
Año 2 6.300 315
Año 3 6.615 330
Año 4 6.945 347
Año 5 7.292 364
Año 6 7.656 382
Año 7 8.038 401
Año 8 8.439 422
Año 9 8.861 443
Año 10 9.304 465
Total 9.769 3.769

 

¿En qué productos financieros se aplica?

Puede variar según el producto de ahorro o inversión y el banco o entidad que lo ofrezcan, pero de manera general el interés compuesto se aplica en las cuentas de ahorro remuneradas, depósitos a plazo fijo, préstamos, tarjetas de crédito, planes de pensiones, planes de ahorro y carteras de fondos.

 

¿Amigo o enemigo?

Depende. El interés compuesto se aplica tanto en operaciones de activo (cuentas, depósitos, planes de ahorro…) como de pasivo (préstamos, tarjetas…). En el primer caso, tal como hemos dicho, su efecto multiplicador aumenta la rentabilidad de tus ahorros; pero en las operaciones de pasivo, en las que tú tomas dinero prestado, todo lo contrario: pagas más intereses.

 

¿Cómo calcularlo?

En internet vas encontrar numerosas calculadoras del interés compuesto como esta de Financlick. Pero si eres de los que ha hecho la EGB y lo tuyo es el cálculo con papel o boli, toma nota de la fórmula matemática:

Capital final = C0 x (1+Ti) ^t

En la que:

  • CO: es el capital inicial (los 6.000 € del ejemplo).
  • Ti: es la Tasa de Interés anual (el 5 % o 5/100).
  • t: es el tiempo que dura la inversión (los 10 años).

Si lo aplicamos al ejemplo anterior:

9.769€ = 6.000€ x (1,05) x 10

 

Cinco claves para maximizar el interés compuesto

El interés compuesto premia el largo plazo. Si quieres aprovechar su efecto multiplicador, realiza aportaciones a tu capital inicial regularmente para incrementar la rentabilidad final.

Empezar cuanto antes da sus frutos. Como herramienta pensada para el largo plazo, cuanto antes empieces, mejor, y particularmente si estás planificando tu jubilación futura.

El interés importa. Dado que el ‘poder’ del interés compuesto está en su efecto exponencial a largo plazo, el interés que consigas determinará la rentabilidad futura. ¡Saca a tu mejor negociador! Las variaciones de un punto porcentual se traducen en miles de euros.

La importancia del número de periodos de capitalización. La frecuencia de la capitalización, es decir, la periodicidad (diaria, mensual, semestral o anual) que se aplica a los intereses es otra variable a tener en cuenta para maximizar tus ahorros, ya que cuanto mayor sea el número de periodos de pagos, mayor será el interés compuesto.

Y cuidado con los impuestos. Cada producto de ahorro o inversión tiene su propia fiscalidad. En ese sentido, tu objetivo tiene que ser evitar que los impuestos resten lo menos posible la rentabilidad que obtienes gracias al interés compuesto. Los PIAS y planes de pensiones, que cuentan con beneficios fiscales, son algunas alternativas para lograrlo.

 

 

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