Eres de los que afirma que tu cliente nunca te mentiría?, ¿tras ver la película ya lo sabes todo sobre la vida de Napoleón?… Tan malo es ser un abogado desconfiado y cuestionarlo todo como no parar a reflexionar sobre lo que hay de verdad o no en lo que te han contado.
Cándido, sin malicia, fácil de engañar… Tres cualidades que pueden convertirte en la presa ideal para las inocentadas, pero también en víctima del contexto de alta competitividad y noticias falsas en el que le toca vivir a cualquier abogado. O quizá tienes más olfato que el perro de Rastreator.
Para tomar la temperatura a tu grado de inocencia te proponemos jugar a nuestro exclusivo Test del abogado inocente. Descubre en tres minutos si eres de los que desconfían por sistema de todo o de los que se las cuelan todas, ¡completa el formulario y accede al test: