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1 noviembre 2016

El seguro de salud

El continuado aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento poblacional nos llevan a plantearnos si el sistema público de salud será sostenible en el futuro y si el seguro privado es el mejor instrumento para hacer frente a una posible precariedad de las condiciones de vida ante el acaecimiento de un accidente o una enfermedad grave o crónica.

Coincidiendo con la consolidación del Estado del bienestar y el desarrollo social y económico, la esperanza de vida en los países desarrollados ha ido creciendo de forma intensa y continuada en las últimas décadas. Sin embargo, pese a que a priori esta mayor supervivencia humana podría ser una gran noticia, la realidad es que como consecuencia del empeoramiento de algunos hábitos alimenticios, de consumo y medioambientales, nuestra esperanza de vida sana tiende a decrecer.

Si España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo (83,3 años al nacer), y esta aumenta a un vertiginoso ritmo de 4,8 horas al día, la realidad es que cada vez enfermamos antes y, por tanto, la esperanza de vida sana, o lo que es lo mismo, los años que vivimos libres de cualquier tipo de enfermedad grave o crónica, se ha reducido hasta los 55 años (muy inferior a muchos de los países de nuestro entorno). La consecuencia más inmediata es que cada vez convivimos durante más tiempo con alguna enfermedad, pues también gracias a los avances médicos, científicos y tecnológicos, las patologías graves tienden a convertirse en crónicas.

Esta brecha entre la esperanza de vida sana y la esperanza de vida al nacer ha sido en buena parte sostenida durante las últimas décadas por la calidad de nuestro sistema sanitario público. Pero, pese a que aún podemos considerarlo como uno de los mejores del mundo, lo cierto es que la reciente crisis financiera ha motivado unas fuertes restricciones presupuestarias con un descenso del gasto público sanitario cercano al 14 % desde 2009 y ha llegado a situarse en tan solo el 6,29 % en relación al PIB, también muy por debajo de otros países occidentales.

Ante esta nueva realidad, emerge el seguro privado de salud, que con sus ya casi diez millones de asegurados en España, se ha erigido en uno de los principales motores de la economía en términos de generación de bienestar y riqueza. Y lo ha hecho no solo por su aportación en términos de PIB (2,5 %) y empleo cualificado (250.000 profesionales), sino también en aspectos de vital importancia como la innovación, la formación o los modelos de colaboración con la sanidad pública, que contribuyen a descargarla tanto de la presión financiera como de la demanda asistencial y las listas de espera asociadas, así como a la consecución de objetivos tan fundamentales para la sociedad en general como son la equidad, la sostenibilidad, la accesibilidad o la calidad en la atención sanitaria.

Si bien muchos ciudadanos ya cuentan con un seguro privado de salud, y su grado de satisfacción es muy alto (79 %) respecto de la sanidad pública (54 %), antes de tomar una decisión de aseguramiento de este tipo es importante que el ciudadano valore bien sus ventajas e inconvenientes:

Ventajas

Las ventajas para la tranquilidad y el bienestar del ciudadano que cuenta con una póliza privada de salud respecto de la atención pública son, entre otras, una mayor rapidez en el diagnóstico y en la aplicación del tratamiento al tener unas listas de espera muy reducidas; la posibilidad de no tener que pasar por el médico de cabecera para acceder a un especialista; la posibilidad de poder elegir con qué médico y en qué hospital recibir la atención sanitaria; la cobertura de algunas especialidades no cubiertas por la medicina pública; en caso de hospitalización se suele disponer de habitaciones individuales; la opción de una segunda opinión médica; la atención en centros especializados en el extranjero, etc.

En cualquier caso, debemos tener en cuenta que es un seguro suplementario y de doble aseguramiento, pues permite al usuario optar en todo momento por la sanidad pública.

El seguro privado de salud, con sus ya casi diez millones de asegurados en España, se ha erigido en uno de los principales motores de la economía en términos
de generación de bienestar y riqueza

Desventajas

Aunque a priori la más importante es la cuota mensual que tendremos que abonar por tener esta cobertura sanitaria, debemos tener en cuenta también otros aspectos tan relevantes como conocer las patologías excluidas de la póliza, si nos cubre en países extranjeros al viajar, si incluye hospitalización, posibilidad de copago, los períodos de carencia, cuadros médicos ofrecidos, hospitales propios y concertados, etc.

Conclusiones

Uno de los grandes retos a los que se enfrenta en general toda sociedad, y en particular la industria del seguro, será el de dar respuesta a las necesidades vitales y económicas derivadas de la convivencia con alguna enfermedad, más aún bajo un contexto como el actual en el que no solo vivimos más, sino que también la pirámide poblacional tiende a invertirse, poniendo en duda la sostenibilidad del sistema sanitario tal como ahora lo concebimos. De ahí que el seguro privado de salud pueda convertirse en una de las principales vías para que el ciudadano quede cubierto frente a este riesgo de precariedad ante el acaecimiento de una determinada patología o accidente sobrevenido.

En este sentido, la Mutualidad, continuando con su espíritu mutual y de permanente ayuda y servicio al bienestar del abogado y sus familiares, incluye en su oferta aseguradora un completo producto de salud mediante el que, a diferencia de otras entidades aseguradoras, no se persigue un retorno económico o un beneficio en su cuenta de resultados, pues cualquier beneficio técnico obtenido anualmente es repercutido directamente al mutualista a través de la prima de seguro o una mejora del servicio y/o de las condiciones de la póliza.

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