Día Mundial del Emprendimiento, 16 de abril.
En Mutualidad de la Abogacía queremos celebrar el Día del Emprendimiento dando voz a los abogados emprendedores Andrea Mendiola, socia directora de Mendiolaw; Héctor Cuenca, presidente de Jóvenes Juristas y Xavier Abat, fundador de B2B Asesores y #ElAbogadoDeTiktok. Sus testimonios y consejos son toda una masterclass, que puedes completar en nuestro Lab de Emprendiminento Jurídico.
¿Cuáles son las motivaciones personales o profesionales que impulsan el emprendimiento jurídico? ¿Cómo saber si uno tiene ‘madera’ de emprendedor? ¿Qué competencias o habilidades son necesarias? ¿Cuáles son los pros y los contras? Hemos pedido a Andrea Mendiola, Héctor Cuenca y Xavier Abat que nos respondan a estas cuestiones, cuyas respuestas resumimos a continuación (también puedes escuchar los testimonios completos en los audios).
Lección 1: Busca tu motivación, siempre hay una
Si hay un sector emprendedor por excelencia es el de la abogacía. Es algo inherente a la actividad profesional. Distintas son las motivaciones. Puede ser una manera de desarrollar tu creatividad y expectativas personales y laborales, como en los casos de Andrea, Xavier y Héctor.
“El mercado no me ofrecía unas condiciones saludables de horario ni de salario ni de perspectiva profesional a largo plazo –explica Andrea–. Así que decidí que lo mejor que podía hacer era abrir mi propia ‘legal boutique’. Hacer lo que yo quiero, como yo quiero: esa es mi principal motivación para seguir adelante”.
En la misma línea, Xavier Abat confiesa: “Siempre me ha gustado trabajar por mis propios sueños y no por los de los demás. Por eso me hice emprendedor”.
Héctor tuvo que asumir desde joven responsabilidades que fueron madurando su capacidad de liderazgo: “Si cuando llegas a adulto, llevas toda la vida llevando una posición de liderazgo, aunque sea en un ámbito personal o familiar, creo que es natural llevar eso al área profesional”.
Lección 2: ¿Tienes ‘madera’ de emprendedor?
Antes de tomar la decisión de emprender, lo primero es realizar una autoevaluación personal. Analiza tus fortalezas y debilidades para descubrir si tienes ‘madera’ de emprendedor.
Andrea ofrece algunos consejos: “Para identificar si eres una persona emprendedora, lo primero es imaginarte cómo sería tu trabajo ideal. Si en tu sueño te ves rodeado de clientes, llamadas y con un día a día distinto: emprende. Si por el contrario eres un jurista técnico con tendencia a la monotonía, no lo hagas. No hay respuesta equivocada, sólo es una cuestión de preferencias”.
Lección 3: Habilidades y competencias: ¿estas preparado?
Si un abogado emprendiese un viaje con destino a la estación ‘Montar tu propio proyecto emprendedor’, en su equipaje no podrían faltar elevadas dosis de autoconfianza, proactividad, resiliencia, gestión emocional, liderazgo, capacidad de adaptación y no tener miedo al fracaso. Estos han sido y son los principales compañeros de viaje a la Ítaca emprendedora de nuestros tres protagonistas. Contabilidad, marketing, tributación, gestión de redes … “Todo lo demás se aprende”, resume Andrea.
En este proceso de gestación emprendedora, Xavier añade la importancia tanto de la aptitud como de la actitud. “Emprender es un compendio de ambas. No vale solo una cosa y no la otra. Por eso muchos despachos nos funcionan, porque no es solo conocimiento sino también actitud”.
Por su parte, Héctor pone en valor la función del liderazgo y resiliencia de todo emprendedor: “Alguien más inteligente que yo dijo que emprendedor es ante todo un líder en tanto que tiene una visión que convertir en realidad. Y también a aceptar sobre sí toda la responsabilidad, tener una gran confianza en lo que tu proyecto puede aportar, y resiliencia para aguantar los contratiempos”.
Lección 4: La balanza de los pros y contras
Desarrollar tu propio proyecto emprendedor tiene sus pros y sus contras. Para Andrea, montar tu propio proyecto “son todo ventajas: estableces tu horario, que lo puedes flexibilizar para poder tener una conciliación laboral y familiar real. Cobras lo que trabajas, sin plusvalía que se queda en el despacho. Tratas al cliente como tú quieres, sin prisas o directrices. Te creas una marca y la cuidas cómo si fuera tu legado”.
Xavier defiende el emprendimiento, “porque los límites los pones tú: el límite del crecimiento, lo que puedes facturar, a toda la gente que puedes conocer. No estás limitado a un despacho que te haces lo que te dicen. La contra, el problema que tenemos los autónomos es que no tenemos las bajas cubiertas, vacaciones… y no desconectas nunca”.
Héctor coloca los pros y los contras en el mismo plano: “Al final todo se resume en el hecho de que no hay nadie por encima de ti. Tú eres el responsable último de todas las decisiones para lo bueno y para lo malo”.
Lección 5: ¡Quién dijo miedo! No temas el fracaso
Emprender exige una autoevaluación, experiencia previa, determinadas aptitudes y actitudes, pero, nos recuerdan nuestros protagonistas en este Día del Emprendimiento, nunca hay que tener miedo a equivocarse. “No existe un manual de cómo emprender”, señala Héctor.
Y es que, añade Andrea, “cuando comienzas un despacho debes hacer de todo y sobre cuestiones que un jurista no controla. No se debe tener miedo a que no quede todo perfecto. Emprender es un proceso de aprendizaje continuo”. El consejo: aplicar el método prueba-error. “Una vez tomada la decisión de emprender, si has elegido ese camino, que nada te frene”, recomienda Héctor.
Al final, de todo ese proceso emprendedor siempre sale algo positivo. “Lánzate y, si no sale bien, siempre podrás volver al mercado privado, pero, esta vez, contando con más experiencia”, concluye Andrea.
