La nueva Directiva de Solvencia II, entre otras pretensiones, tiene como objetivo facilitar a todas las compañías de seguros de Europa una metodología homogénea y comparable de cómo medir su solvencia, tomando siempre como referencia todos y cada uno de los riesgos que estas entidades asumen en su negocio.
Resultados en la Mutualidad
Para el caso particular de la Mutualidad, como entidad de previsión social regulada bajo normativa aseguradora, se ha valorado y reportado al supervisor su situación de solvencia bajo este nuevo marco normativo, ofreciendo unos resultados que confirman su solidez y estabilidad en el medio y largo plazo, pues obtiene a cierre de 2015unos fondos propios disponibles (1.538 millones) que cubren en más de 2,5 veces el capital requerido por el supervisor (570 millones). De esta manera, el ratio de solvencia de la Mutualidad se sitúa en el 269 %, muy por encima del obtenido por otras de las principales entidades aseguradoras de vida en España.
Con estos extraordinarios resultados, la Mutualidad demuestra que cuenta con activos suficientes para hacer frente tanto a las obligaciones presentes y futuras derivadas del negocio asegurador (PT) como las posibles desviaciones futuras e imprevistas de los riesgos que asume (SCR), incluso bajo situaciones de severo estrés de los mercados financieros o del propio negocio asegurador.
Además de este ratio de solvencia —principal magnitud utilizada para comparar la existente entre entidades aseguradoras—, existe un capital requerido mínimo (MCR), por debajo del cual una entidad sería intervenida y probablemente liquidada por el supervisor. Para la cobertura de este capital mínimo, la Mutualidad muestra también una importante suficiencia de casi diez veces más fondos propios disponibles respecto a los requeridos por el supervisor.
Riesgos asumidos
Para más detalle, y dadas las particularidades de su actividad basada en la asunción de compromisos a muy largo plazo (jubilación, fallecimiento e invalidez de sus mutualistas) y la adquisición de activos también a muy largo plazo para su cobertura, tenemos que los mayores requisitos de capital exigidos a la Mutualidad son los correspondientes a los riesgos de mercado (bonos, inmuebles y renta variable por este orden), seguidos de los riesgos biométricos de suscripción de vida (longevidad, mortalidad e invalidez).
Gestión del riesgo
Si bien esta distribución de riesgos es habitual en las entidades de seguros de vida, gracias a la estrategia de inversión de la Mutualidad basada en la seguridad de las contrapartes y en la simplicidad, liquidez, disponibilidad y estabilidad de sus activos, unido al hecho de que la Mutualidad no invierte en activos de riesgo como derivados o estructurados, el capital requerido resultante para cubrir el riesgo de posibles desviaciones de los mercados financieros es, en proporción a su volumen de negocio, sensiblemente inferior a otras entidades que operan en el ramo de vida.
Como consecuencia de esta prudencia inversora y la adecuada gestión y mitigación de los riesgos derivados de los contratos de seguro (suscripción), se garantiza de forma natural la solvencia de la entidad, pues la nueva valoración propuesta por Solvencia II es solo un fiel reflejo de los riesgos asumidos por las entidades y la medida real de cómo estas son capaces de gestionarlos, mitigarlos o llegado el caso transferirlos a un tercero a través de los contratos de reaseguro o los mercados de capitales.
Como consecuencia de esta prudencia inversora y la adecuada gestión y mitigación de los riesgos derivados de los contratos de seguro (suscripción), se garantiza de forma natural la solvencia de la entidad
Conclusiones
En un ejercicio de transparencia, pues hasta 2017 no sería obligatoria su comunicación al mercado, la Mutualidad anticipa y comparte estos resultados con sus mutualistas, con los que la Mutualidad de la Abogacía no es solo una referencia por su gran volumen de ahorro gestionado o la elevada rentabilidad financiera que ofrece a sus mutualistas, sino además por su demostrada solvencia, a la que sin duda han contribuido tanto su histórica prudencia en la gestión técnica y financiera como la recurrente decisión de la Asamblea General de mutualistas (a propuesta de la Junta de Gobierno) de destinar los últimos resultados positivos obtenidos por la Mutualidad a incrementar su patrimonio propio no comprometido y por tanto la solvencia y estabilidad futura de la Entidad.