Y es que, desde hace cinco años que crearon dicha organización, Ignacio y cinco personas más ponen todo su empeño en documentar, registrar la vulneración de los derechos humanos y “ayudar a todos aquellos abogados que les plantan cara y lideran el frente judicial contra las mismas“.
Desde 14Lawyers apoyáis a los abogados encargados de velar por los derechos humanos en el mundo. ¿Cómo lo hacéis?
En el corto-medio plazo, además de llevar a cabo acciones de denuncia y presión, no perdemos de vista las acciones de comunicación, generando contenidos de valor y ayudando generar opinión. Por otro lado, enviamos observadores allí donde se están cometiendo dichos delitos, dotamos a los abogados de tecnología que les permitan trabajar con seguridad, y les damos apoyo financiero en litigios estratégicos, entre otras cosas.
¿De qué manera conseguís presionar a Gobiernos y organizaciones para proteger a los abogados en peligro?
Todavía estamos lejos de convertirnos un lobby capaz de ejercer una presión suficiente sobre instituciones y gobiernos, pero ¡lo seremos! Hoy, estamos orgullosos de poner nuestro granito de arena participando en investigaciones de la ONU, firmando denuncias colectivas con otras organizaciones o sacando a la luz información de vulneración de derecho y particularmente del derecho de defensa. Todas estas acciones incomodan y, en ocasiones, obligan a matizar o a modular posturas políticas. Es una lluvia fina, que poco a poco, irá calando.
Una de vuestras labores es movilizar al colectivo de abogados para defender a compañeros perseguidos ¿Cuál es la respuesta?
Las iniciativas que hemos realizado en este sentido – exposiciones, conferencias, etc.- siempre han tenido respuesta muy emocionante. Nunca faltan compañeros que se acercan, nos dan su contacto y se prestan a ayudarnos. Hace un par de años, tras una exposición conseguimos que se acercaran a nuestra organización 130 abogados. La clave ahora está en sacar partido a esta legión de abogados dispuestos a placar batalla y no permitir que se pisotee el derecho de defensa en ningún lugar.
¿De qué manera pueden ayudaros dichos compañeros?
Queremos organizar lo que denominamos Fact Finding Mission: misiones de abogados observadores, ya sea en litigios estratégicos o para realizar informes sobre situaciones concretas.
También denunciáis ante las Instituciones Internacionales la vulneración del sistema de independencia de los abogados… ¿Algún caso digno de mención?
Muchas y en muchos lugares. A mi juicio, los más graves son en China, Turquía o Filipinas, donde los gobiernos de estos tres países persiguen sistemáticamente a aquellos colectivos que desprecian y, por extensión, a aquellos abogados que defienden sus causas en los tribunales. Hablamos de asesinatos, de torturas, desapariciones, detenciones ilegales, procesamientos arbitrarios… Hablamos de más de 2 millares de abogados.
Las infracciones de los derechos humanos no solo ocurren en países subdesarrollados. ¿Cómo estamos en España en este sentido?
Siendo España un país respetuoso con los derechos humanos, en temas generales, hay hechos preocupantes como es la pobreza extrema; la situación de centros de internamiento de menores; la impunidad y la ausencia de investigación en los casos de tortura de los que ha dado cuenta organizaciones e instituciones o situaciones en los que los abogados han estado acosados. Todos estos hechos incomodan, pero hay que asumirlos y pedir responsabilidades si queremos ser mejores.
¿Hay algún caso digno de mencionar en algún país ‘desarrollado’ donde la labor del abogado se haya visto bloqueada o se vulnere el Estado de Derecho recientemente?
Todos los países desarrollados tienen de que avergonzarse. No vivimos en una utopía. Y en toda sociedad se produce una lucha de intereses contrapuestos. En apariencia tenemos mejores índices de bienestar, pero esta es una visión muy occidental, si somos realmente objetivos también se han producido retrocesos en esta parte del mundo y hay una involución y una tendencia al recorte de los derechos.
Otra de vuestras misiones es sacar a la luz dichos atropellos. En este sentido ¿se quedan muchos casos en el tintero?
Hay mucha información, pero ni toda es buena ni se gestiona adecuadamente. Ahora lo que importa es la inmediatez, la cantidad más que la calidad.
¿Es la profesión de abogado, ahora mismo, la más necesaria del mundo?
No, hoy en día, son más necesarios los médicos, científicos, enfermeros y maestros. Pero sí que la profesión de abogado es imprescindible en una democracia. No hay más que ver la labor de César Pinto, para mí el mejor abogado de 2020 que, siendo abogado de oficio defendió a una persona sin recursos frente a los fondos buitres y la Comunidad de Madrid y que tumbó la venta de 3.000 viviendas. O a Susana Prieto, que defiende a centenares de trabajadores de la maquilas de Ciudad Juárez en México, frente a la esclavitud laboral.
Aunque todavía falta mucho por hacer para preservar la labor que hacen los abogados defensores de los derechos humanos, ¿cuáles son vuestras siguientes líneas de actuación?
Conseguir dinero para poder afrontar desafíos legales de envergadura. En EEUU, en los años 60 que fue la década gloriosa de la conquista de derechos civiles, el éxito de la misma se produjo porque se creó una estructura de soporte que permitía que los litigios llegaran al Tribunal Supremo.
¿En qué campaña estáis trabajando actualmente?
Desde el punto de vista de proyectos nos vamos a centrar en uno que además lo vamos a hacer de la mano de Mutualidad de la Abogacía que es tratar el problema de la pobreza en España, partiendo del informe del relator especial sobre la extrema pobreza y derechos humanos, hasta llegar a la lucha judicial. En el extranjero tenemos el foco en Filipinas (por su extrema gravedad), Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Desde tu punto de vista ¿qué temas son actualmente los más inspiradores para las nuevas generaciones?
Aquí influye mucho el carácter de cada uno, su contexto vital y las experiencias vividas. Hay muchos abogados jóvenes que su aspiración, muy legítima, es dedicarse a derecho de los negocios. Pero también hay otro perfil de joven abogado sensibilizado y preocupado por la defensa de los derechos sociales o por la conquista de otros, por proteger a los colectivos vulnerables, la defensa del medio ambiente, la pobreza energética, etc.
Y hoy en día, ¿cuáles crees tú que son las competencias más demandadas de los abogados?
Depende del despacho u organización a la que te dirijas, pero, sin duda, hoy en día son muy valoradas tener habilidades en la comunicación y en la captación de negocio: Si sabes llevar esto último al despacho, te harás imprescindible.