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30 abril 2020

Elabora tu DAFO

¿Quieres mejorar tu trayectoria personal o profesional? El primer paso es identificar tus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. ¿Te atreves?

Seguramente has oído hablar, o incluso has utilizado, la herramienta de análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Conocida también como FODA o DOFA, es una muy útil para valorar la situación de una empresa u organización, o de un proyecto. Desde hace unos años también se aplica a la mejora de las personas, ya sea en su ámbito profesional o personal.

Alcanzar nuestras metas

¿Cómo funciona? Básicamente, el análisis DAFO nos permite analizar los factores internos (debilidades y fortalezas) y los externos (amenazas y oportunidades) en una matriz cuadrada. Los primeros son aquellos que dependen únicamente de nosotros (plano interior), mientras que los externos suponen el análisis de nuestro entorno.

¿Con qué objetivo? De forma sencilla, nos permite evaluar nuestro punto de partida para que, a partir de ahí, marquemos unas pautas y directrices para potenciar nuestros puntos fuertes y mejorar los débiles. En definitiva, se trata de mejorar para alcanzar las metas individuales que nos propongamos en el trabajo o como personas.

¿Nos ponemos manos a la obra? Recuerda que hay un requisito fundamental para elaborar tu DAFO: sinceridad. A veces no resulta “cómodo” analizarnos, pero recuerda que de ello depende que puedas sacar todo el partido a esta herramienta.

Factor interno: fortalezas

¿En qué soy bueno? ¿En qué destaco? ¿Qué cosas me apasionan? ¿Cuáles son mis puntos fuertes? ¿En qué ambiente me siento más cómodo o me desenvuelvo mejor? Hazte preguntas que te permitan hacer una lista de tus fortalezas, es decir, cualidades o atributos que suponen una ventaja competitiva para ti. Pueden ser, por ejemplo, nuestra competencia digital, la empatía, el don de gente, nuestro conocimiento experto… Entran en esta categoría los estudios y conocimientos, pero no solo eso.

Factor interno: debilidades

Ahora toca hacer el camino inverso. ¿Qué se nos da mal? ¿Qué cosas no nos motivan? ¿Qué carencias tenemos? La lista de tus debilidades puede contener, por ejemplo, un bajo nivel de inglés, la ausencia de conocimiento de un sector, la falta de destreza o sosiego para manejar una situación de crisis, etcétera. Tienes que ser autocrítico: piensa que cuando pases a la acción harás un plan de mejora que te permitirá ir corrigiéndolas o minimizándolas.

Factores externos: oportunidades

Tu lista de oportunidades incluirá aquellos elementos externos que te ayudan o impulsan a conseguir tus metas. Por ejemplo, que el sector o tu especialidad esté en auge o tenga mucha proyección, la posibilidad de hacer emprendimientos en tu sector con poca inversión, una gran demanda de tu profesión en el mercado actual, personas que conocemos y nos pueden abrir puertas, etcétera.

Factores externos: amenazas

Al contrario que las anteriores, en nuestra lista de amenazas estarán los factores externos negativos, que no dependen de nosotros y que también afectan a los demás. Por ejemplo, una crisis económica o en nuestro sector, una situación personal complicada, una elevada competencia, una baja demanda o saturación de nuestro perfil profesional en el mercado laboral, etcétera. Cuando pases a la acción, te enfrentarás a estas amenazas intentando aprovechar las oportunidades.

Plan de acción

¿Ahora qué? Ya tienes una perspectiva global de tus puntos fuertes y débiles, así como de los factores externos que juegan a tu favor y aquellos que te frenan. Ahora es el momento de usar toda esa información en la creación de un plan de acción que te permita corregir tus debilidades y hacer frente a las amenazas, sacando partido al máximo a tus fortalezas y a las oportunidades del entorno.

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