Dado que el riesgo nos acompaña a lo largo de nuestra vida, las familias tratan de evitar situaciones sobrevenidas con consecuencias directas sobre su patrimonio o la integridad física de sus miembros, mediante determinadas acciones y comportamientos preventivos como conducir de forma prudente, poner una alarma en casa, hacer deporte, comer sano, ahorrar, etc. Sin embargo, pese a estas precauciones, puede llegar a producirse una situación no prevista cuyo impacto pueda mermar el bienestar o la estabilidad económica y emocional de la familia.
El seguro privado
Con el propósito de proteger el futuro de nuestras familias y reparar el impacto económico de estos hechos sobrevenidos, surge el seguro privado.
Una vez hayamos reflexionado sobre las necesidades presentes y futuras de la familia, las hayamos cuantificado y tengamos claro en qué momento será necesario disponer del dinero para satisfacerlas, acudiremos al mercado asegurador, donde encontraremos las siguientes modalidades de seguro orientadas a dar protección a las necesidades familiares:
1. La protección del patrimonio. Cualquier familia puede sufrir percances que pongan en peligro la conservación de su patrimonio, entendido este como el conjunto de sus bienes. Para mitigar el impacto de estos potenciales percances, encontraremos los seguros de coche, casa o patrimonio, mediante los que, en el caso de acaecer un siniestro sobre dichos bienes, se reparará el bien afectado o se dará cobertura económica al asegurado o a un tercero (responsabilidad civil) sin que la familia vea alterada su economía y bienestar.
El seguro es el único instrumento que produce dinero inmediato a la necesidad
2. La protección de las personas. Con los seguros de protección a las personas se trata de dar solución a todas aquellas preocupaciones vinculadas a la salud o al cuidado emocional y económico de las personas a nuestro cargo. En este sentido, algunas de las cuestiones que deberemos plantearnos son las siguientes: ¿Quiero que mi familia tenga preocupaciones adicionales cuando fallezca? ¿Podrá mi familia en mi ausencia seguir haciendo frente a los préstamos hipotecarios u otras deudas contraídas? Si quedo inválido, ¿en qué situación queda mi familia sin mi sueldo y cómo podrá asumir todo el gasto que suponga mi estado de salud? ¿Tendrán mis hijos los recursos económicos suficientes para ir a la universidad? ¿Quiero tener acceso a determinados especialistas médicos o clínicas privadas?
La solución a estas y otras preguntas vitales la podemos obtener a través de los siguientes seguros privados:
- Seguros de fallecimiento: son seguros sobre la vida de las personas (mayores de 14 años) en los que, a cambio de una prima en general revisable anualmente en función de la edad del asegurado, se ofrece a los beneficiarios designados una prestación que debería ir en consonancia con el capital pendiente de las deudas hipotecarias u otras aún pendientes de amortizar, y con la que se libera a la familia de toda carga futura. Además, se recomienda aumentar esta prestación en el importe equivalente a la merma de ingresos generada por la ausencia de algún miembro de la familia durante al menos el periodo suficiente hasta que esta pueda adaptarse a su nueva situación económica.
- Seguros de invalidez: con independencia dela edad que tengas, la unidad familiar depende en buena medida de tu trabajo y tus capacidades para generarlo. Por tanto, resultará fundamental protegerte ante una posible situación sobrevenida de discapacidad que te impida seguir trabajando, más aún si eres trabajador por cuenta propia, pues no solo se producirá una merma de ingresos en la unidad familiar, sino además un incremento de gastos médicos y de acondicionamiento del hogar y del entorno derivados de la propia situación de discapacidad.
- Seguros de accidentes: en caso de muerte o invalidez por accidente, las entidades de seguros comercializan coberturas que suelen ofrecer una muy elevada prestación económica a cambio de una prima habitualmente muy reducida.
- Seguros en favor de los hijos: el cuidado de los hijos resulta un factor clave en la planificación del ahorro personal y la protección familiar. Para dar tranquilidad a la unidad familiar, son de gran demanda los seguros de ahorro en favor de hijos menores de edad con los que garantizar su educación básica y universitaria, o bien atender a necesidades económicas puntuales para su cuidado y manutención. Estos seguros suelen ir acompañados de una cobertura adicional en caso de fallecimiento de uno o los dos progenitores del niño.
- Seguros de salud: el seguro de salud proporciona al asegurado y a su familia una cobertura sanitaria y asistencial en el supuesto de que alguno de sus miembros pueda sufrir alguna dolencia, enfermedad o accidente. Cada vez es más habitual la contratación de estos seguros pues mitigan el enorme impacto económico y en la salud que una enfermedad grave, hospitalización o intervención quirúrgica puede ocasionar en una familia, además de dar un servicio amplio, ágil y eficiente que en ocasiones no encontramos en el propio sector público.
Conclusiones
Todos somos consumidores habituales de seguros, pues algunos de ellos tienen carácter obligatorio. Por tanto, hay cierta conciencia ciudadana sobre la necesidad de contar con determinados seguros patrimoniales, como el seguro del automóvil o del hogar.
Sin embargo, por su carácter voluntario, no ocurre lo mismo con el resto de seguros sobre las personas orientados a proteger a la familia ante el acaecimiento de alguna situación imprevista que produzca una necesidad inmediata de dinero. Debemos en consecuencia concienciarnos de que el seguro es el único instrumento que produce dinero inmediato a la necesidad, pues otorga una prestación económica o asistencial a cambio de un gasto periódico (prima) fácilmente asumible por la unidad familiar.