¿Cuál es tu plan como abogado?: empleo, emprendimiento y nuevas habilidades

Para ayudar a afrontar los nuevos retos de la abogacía, Mutualidad de la Abogacía convoca en la universidad a jóvenes abogados y estudiantes a #TDTF On The Road, en un cara a cara para hablar sobre las oportunidades del cambio que te ayudará a pensar a lo grande sobre tu futuro como abogado.

 

Nunca antes los estudiantes de Derecho y jóvenes abogados se habían enfrentado a un escenario de cambio como el actual. Hablamos del emprendimiento en la abogacía, nuevos nichos de desarrollo profesional y habilidades para pensar a lo grande en tu futuro profesional.

A sus tradicionales labores, la revolución tecnológica abre ahora un nuevo ecosistema de emprendimiento jurídico y nuevas posiciones en las empresas. Un desafío para el que el joven emprendedor debe sumar conocimientos y habilidades no requeridos hasta ahora y que abordamos en nuestro primer #TDTF On The Road, que se celebra el 24 de abril en el Salón de Actos de la biblioteca de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de Vicálvaro (Universidad Rey Juan Carlos), al que te animamos a inscribirte.

 

Nuevas salidas profesionales para el abogado

En este nuevo contexto el sector de despachos y de asesoría jurídica continuará siendo una gran generador de empleo para el abogado, pero ya no es el único. El abogado está llamado a ser una pieza clave en la regulación de un nuevo marco de relación de los avances tecnológicos con la sociedad y el sistema económico.

Nuevas profesiones y nichos de conocimiento se suman a las labores más tradicionales del letrado, y es obligación del abogado en ciernes tenerlo en su radar desde la etapa universitaria.

Repasamos algunas de las nuevas posiciones más interesantes para el joven abogado:

  • Compliance officer. Es el encargado de garantizar que todos los procesos organizativos de la empresa cumplan con los requisitos legales, políticos y reglamentos externos. Diversas asociaciones profesionales ofrecen certificaciones de capacitación en este tipo de auditorías y asesoramiento interno.
  • Ciberderecho. Una de las áreas más amplias para el ejercicio del joven abogado.  La aparición de internet, redes sociales y más recientemente el metaverso requiere de normas jurídicas y procedimientos regulatorios. Marco jurídico en el que la UE es pionera mundial.
  • Cibercrimen. La ciberdelincuencia ha puesto patas arriba al Código Penal, y bufetes y empresas requieren de verdaderos especialistas para prevenir y defender. Según datos del Balance de Criminalidad del Ministerio de Interior de 2022, en seis años las estafas informáticas han crecido el 379,9% sobre las registradas en 2016.
  • Delegado de protección de datos. Esta figura constituye uno de los elementos clave del RGPD y un garante del cumplimiento de la normativa de protección de datos en las organizaciones. Aunque la Ley no exige la condición de jurista para ejercerlo, la práctica ha demostrado que es el perfil profesional más competente para desarrollarlo.
  • Blockchain. Es la tecnología que se soporta la revolucionaria propuesta de criptoactivos y tokens, entre otras muchas. El mercado requiere de especialistas que asesoren sobre las obligaciones legales en materia de publicidad, mercado de valores y, muy importante, que asesore a sus usuarios. Un área fascinante en ebullición.
  • Inteligencia artificial. 2023 puede convertirse en el año en el que la IA transforme el modo en que realizamos consultas en Internet. Pero esta tecnología y el big data ya llevan tiempo transformando la gestión empresarial en un proceso que requiere de apoyo jurídico para evaluaciones algorítmicas, análisis de riesgo o mediciones de impacto.
  • Otras posiciones del nuevo abogado. No solo la tecnología inspira las nuevas misiones del abogado:
    • Asesoramiento de ONG e instituciones.
    • Árbitro mediador.
    • Experto en recursos humanos.
    • Asesor y experto en medios de comunicación.
    • Formación y docencia.
  • Grandes bufetes. Un sector con sus propios códigos, también objeto de deseo para muchos de los jóvenes abogados. Aquí es de vital importante que el CV del candidato ofrezca hard y soft skills diferenciales. El objetivo es trasladar una combinación de conocimientos y habilidades que permitan destacar en los exigentes procesos de selección. Ya no es suficiente con dominar el inglés y las herramientas tecnológicas más habituales, se busca jóvenes abogados que puedan negociar en lenguas como el chino o ruso y conocimiento para poder bucear en un algoritmo.

 

Como ves, el radio de acción se abre para el joven abogado. Algunos de los 6.500 candidatos que cada año se presentan al Examen de Acceso a la Abogacía optarán por estas salidas profesionales que completan a las tradicionales del área de despachos y asesoría, el funcionariado (juez, fiscal, notario, letrado de la Administración de Justicia, Instituciones Penitenciarias, Seguridad Social, Hacienda, Letrado de las Cortes…) o las labores como procurador.

Abogados y emprendedores

Dicen que el emprendedor nace, no se hace. De lo que no hay duda es de que un cierto tipo de personas sienten una irrefrenable vocación por tomar las riendas de su futuro profesional a través de una empresa propia. Y en los despachos de algunos de ellos, cuelga el título de Abogado.

El nuevo ecosistema de emprendimiento jurídico es realmente inspirador, ofreciendo un retador recorrido, duro y enriquecedor como pocos:

  • Legaltech. La revolución startup también se vive en la profesión:
    • Startups. Bufetes online que ofrecen sus servicios online con un fuerte componente automatizado y gran competencia en tarifas. Estas plataformas, apoyadas en softwares de desarrollo propio o soluciones más estandarizadas, democratizan el servicio jurídico en sectores como el de la reclamación, divorcios o extranjería. Pero también exploran servicios más especializados con criterios de excelencia para empresas y clientes de perfil digital muy sofisticado.
    • Proveedor de servicios para el sector. La digitalización de la profesión abre grandes posibilidades a los abogados más imaginativos. Automatizar o reducir el tiempo en trámites habituales con el uso de big data e inteligencia artificial, o grandes bancos con plantillas de documentos son dos de las propuestas más habituales. Crecen también plataformas de servicios especializadas como las de contratos electrónicos con tecnología blockchain, buscadores de jurisprudencia, herramientas predictivas, contenido jurídico online, reuniones y juntas en remoto con voto electrónico legal…

Las posibilidades del legaltech son infinitas, lo importante es que el abogado tenga la sensibilidad necesaria para detectar una necesidad no cubierta, y la valentía para desarrollar una solución válida.

  • Despacho propio. Cuando se habla de emprendimiento en la abogacía no se puede obviar el más obvio. Hoy como mañana, muchos de los 243.297 abogados del censo del Consejo General de Abogacía Española defienden la profesión desde un despacho propio, en ocasiones formados por un reducido equipo e incluso unipersonales. En este contexto crece una nueva generación de bufetes hiperespecializados. Muchos de ellos son liderados por un abogado sénior que, al abordar la etapa final de su carrera, apuesta por ofrecer un conocimiento de nicho muy especializado a grandes empresas o como partners de grandes firmas.

En busca de nuevas habilidades

El buen abogado debe ofrecer conocimientos técnicos que le ayuden a resolver, pero también empatía para entender. La formación y la experiencia no son suficientes para el abogado del siglo XXI, debe ejercitar recursos de inteligencia emocional como la comunicación, el liderazgo o la escucha activa.

  • Hard skills. La demanda del mercado laboral es insaciable y no se conforma con el título de abogado y un máster, también requiere de otros conocimientos específicos y cuantificables. Son las llamadas habilidades duras, como el dominio de idiomas, la programación o el manejo de herramientas tecnológicas. El joven abogado debe identificar con qué conocimientos quiere enriquecer su itinerario formativo, teniendo muy en cuenta el ámbito de especialización para el que se prepara. Sin embargo, hay unas habilidades comodín, como dominio de lenguas extranjeras, utilización de herramientas informáticas o técnicas de venta que dan lustro a cualquier CV.
  • Soft skills (habilidades blandas). Cada vez más valoradas por los expertos en recursos humanos,  marca la diferencia en los procesos de selección. De hecho, los trabajadores formados en estas materias son el 12% más productivos (estudio de las universidades de Harvard, Boston y Michigan). Para este 2023, las habilidades más cotizadas son la gestión de personas, comunicación y liderazgo,  y trabajo en equipo. El estudio de LinkedIn 2023 Most In-Demand Skills: Learn the skills companies need most, demuestran como en el año de ChapGPT las empresas valoran más que nunca las habilidades humanas.

 

Sin duda, dos temas que animarán los encuentros entre estudiantes de Derecho y jóvenes abogados en ejercicio, que #TDTF On The Road lleva, en esta primera cita, al Salón de Actos de la biblioteca de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de Vilcálvaro, en la Universidad Rey Juan Carlos. ¡Te apuntas!

 


 

 

 

 

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