El primer webinar de Campus Legal ofreció “las diferentes visiones complementarias sobre la situación, y las soluciones a la conciliación laboral de la mujer abogada”. Así resumía Blanca Narváez, presidenta de Fundación Mutualidad Abogacía, el objetivo de esta acción que aspira a convertirse en “un canal de reflexión y formación en cuestiones que afectan al abogado y al ejercicio de su profesión”.
El pasado 18 de enero, los participantes en la sesión La conciliación en la abogacía, una tarea pendiente pudieron escuchar los últimos consensos y reclamaciones en torno a una problemática que afecta a la abogacía, y mayoritariamente a las mujeres, pero también las distintas vías de avance desde la regulación, las empresas y la acción personal.
Mejor regulación, que buena voluntad
Una problemática que viene de largo. Así lo recordó Ángela Carrillo, presidenta de la Comisión Igualdad del Colegio de Abogados de Madrid, al rememorar como muchas de sus compañeras en sus años de facultad y ejercicio, fueron abandonando sus estudios o la profesión para hacerse cargo de su hijos y familia.
Sin embargo, la situación pudiera no haber mejorado tanto como quizás gustaría creer. Así lo demuestra la encuesta que con motivo de la IX Cumbre de Mujeres Juristas, se realizó recientemente. “Mientras en la encuesta de 2018, el descontento superaba el 30%, en esta ocasión el 58,7% de mujeres ha contestado que en su lugar de trabajo existen malas condiciones para la conciliación”. Un dato que concierne a abogadas por cuenta ajena.
Para incentivar el cambio empezando por las propias instituciones, el Colegio de Abogados de Madrid aprobó en 2019 el primer Plan de Igualdad para empleados de su sector. En su redacción se incluyen medidas internas como la creación de un espacio de lactancia, el permiso igualitario de maternidad y paternidad o el teletrabajo. Un punto este último, donde Carrillo advirtió: “Trabajar en casa no es garantía de conciliación, puede suponer una doble carga si la empresa no es consciente de que se deben respetar los tiempos”.
Pero el órgano colegial madrileño “también intenta avanzar a través del fomento de la reforma legislativa y los protocolos en los órganos judiciales”. Acción donde se observan sensibilidades muy distintas entre los diferentes tribunales para la conciliación y la suspensión de vistas, citando temáticas tan acuciantes como las del parto o el cuidado de los hijos: “No se puede estar al albur de las buenas intenciones, de la predisposición de un tribunal de justicia sí y otro no, por lo tanto, la reforma legal es imperativa”, dijo.
La conciliación es hoy una cuestión de género
“Aunque es cierto que la conciliación es un derecho universal que necesitan hombres y mujeres, a día de hoy es una cuestión de género. Está más ligada a la mujer, porque para la mujer es una cuestión de necesidad para algo tan sencillo como ejercer su derecho al trabajo, porque es ella la que desarrolla una actividad paralela que lamentablemente va aparejada por su condición”.
Las palabras con que Lourdes Carballo, decana del Colegio de Abogados de Vigo, inició su intervención no dejaron indiferente. La también presidenta de la Comisión de Defensa de los Derechos e Intereses Profesionales de la Abogacía considera que “lo que hizo que hoy no haya corresponsabilidad de género en el trabajo doméstico, fue la conciliación. Curiosamente aquello que los trabajadores quisieron introducir en la legislación para favorecer y facilitar su trabajo al final se convirtió en una trampa, porque hizo que fuera la mujer la que siguiera asumiendo las actividades domésticas, cuidado de sus mayores, hijos y familia, mientras el hombre no lo hacía”.
La buena noticia es que hay recientes avances. La decana viguesa explica como en el entorno de la agenda de justicia 2030, que potencia una legislación de eficiencia procesal con aspectos como la digitalización, el Ministerio de Justicia se ha abierto a tramitar propuestas. Y en este trámite, el Consejo General de la Abogacía ha aprovechado para introducir medidas de conciliación, que la propia Carballo defendió en el grupo que para este fin se creó: “Ha sido una oportunidad para ponerse al día con una asignatura pendiente con los profesionales de la justicia”.
Fruto de esa negociación se trabaja en la aprobación definitiva de medidas como las vacaciones de navidad –“que permite conciliar a todas las personas que ejercen la abogacía sin necesidad de que haya una causa expresa para ello” – o la suspensión de los plazos – “no solo de vistas sino de todo el procedimiento” – por maternidad, paternidad o cuidado de hijos. Carballo también apuntó los avances en la suspensión del procedimiento de tres a cinco días por enfermedad, hospitalización o accidente laboral de un familiar. Medidas a las que se puede acoger los trabajadores de los grandes despachos, pero también el abogado autónomo.
“Además de mejorar la calidad del trabajo, la modificación legislativa ayuda a cambiar las mentalidades”, Carballo finalizaba así su intervención: “Si la ley permite conciliar, a estas medidas se acogerán hombres y mujeres. Y cuando los hombres empiecen a conciliar porque no les perjudica en su trabajo, podremos llegar a esa corresponsabilidad que ahora no se alcanza”.
Flexibilidad en las medidas
Como mujer de 35 años, madre de dos bebés, y abogada en puesto de dirección, Pilar Prados, CEO de Bounsel, dio testimonio de la dificultad que en la España de 2022 sufren las profesionales que “quieren compatibilizar una posición de liderazgo en la empresa, sin renunciar a tener una familia”. De ahí que, en su experiencia, haya visto que muchas mujeres optaban por no promocionar en los despachos donde trabajaban con independencia de sus capacidades y ambiciones.
Pero Prados considera que se avanza “en la buena dirección”. Aboga por una adopción de medidas más enérgicas desde las Administraciones Públicas que, por ejemplo, debería empezar a aplicar conciliación durante el primer trimestre de gestación. En cualquier caso, considera que “de cara a mejorar y reforzar el sistema de conciliación en el sector legal, hay que tener claras las diferentes especificidades que cada mamá o papá tienen en una etapa tan preciosa como es la maternidad”. Una llamada a la flexibilidad para atender tanto la necesidad de quién requiere trabajar media jornada, como solicitar un horario más flexible.
Derecho a la suspensión de vistas
La joven abogada Ana María Castro Castro fue la segunda invitada a esta mesa redonda. Su trabajo sobre la suspensión de vistas y otros actos procesales en la maternidad y la paternidad, fue premiado en 2021 con el tercer premio a la Excelencia Académica de la Fundación Mutualidad Abogacía. Y sobre un tema de especial candencia en la conciliación del abogado, compartió su reflexión.
Aunque la figura de la suspensión de vistas está muy ligada a las medidas de igualdad de género en la judicatura, “las oportunidades de abogados y abogadas en el acceso en la participación y en la permanencia en el sector profesional no son las que deberían ser”, afirmó.
En su opinión, “la reforma de 2007 de la Ley procesal y las modificaciones del Real Decreto Ley de 2019, sí que han afectado de manera significativa a los tiempos de descanso que tienen los letrados por maternidad o paternidad. Por suerte, la regulación actual ha superado en parte esa concepción tradicional que iba únicamente al restablecimiento de salud de la madre y del recién nacido tras el parto, y ha configurado también como objetivos primordiales el de preservar el primer contacto con el hijo y el de procurar un reparto equitativo de las cargas familiares”.
“Sí que quería comentar que la jurisprudencia ha optado por subsumir a tenor del artículo 134 de la ley de enjuiciamiento civil la suspensión de los actos procesales de carácter escrito”, continúa Castro: “Y en ese sentido, se debería cambiar la referencia de ‘las vistas’ de los artículos 183 y 188, por la más amplia de ‘actos procesales’”.
Pero si en el ámbito civil la regulación es insuficiente, “la laguna es mucho mayor en otros ámbitos. Sería imprescindible que las leyes ordenadoras del procedimiento del penal, contenciosos administrativo y social también incorporaran como causa suspensiva del proceso los permisos por maternidad y paternidad”.
Una decisión personal
También en la mesa redonda central del webinar se dejó oír la personal aproximación que a la conciliación propone la abogada Cristina Ruiz, experta en ESG (las siglas en inglés de medioambiental, social y gobierno corporativo). Y su primera pregunta no dejó impasible: “¿La conciliación es una misión posible o imposible?”.
En su opinión, el enfoque no debe partir de la necesidad de las mujeres, “no es una cuestión de género”, sino de la sociedad en su conjunto: “Es cuestión de una nueva cultura, de desarrollar estrategias adecuadas en las firmas y en los despachos. Y, además, es competencia exclusiva de cada uno de nosotros, del convencimiento que desarrollemos para crear nuestro propio estilo de vida conforme a las responsabilidades, los compromisos, los motivos y las motivaciones de cada uno”.
Ruiz propone “entrenarnos” en nuestra propia relación con el tiempo, para vivir más y mejor el presente. Por ejemplo, con el ejercicio diario de preguntarse a qué se va a dedicar más tiempo cada día, y en qué otra tarea menos. Y de ahí partirán preguntas como, ¿es necesario dedicar 12 horas al día a los clientes?”. En su opinión, “conciliar es sentirse pleno consigo mismo, y por eso debemos preguntarnos qué debemos hacer para conseguirlo”.