Inexplicable. Tienes dos pies, te pusiste dos calcetines, los echaste a lavar… pero solo has tendido uno: ¿te suena? Si eres uno de esos abogados (as) que encuentra la calceta agazapada bajo el sofá o el colchón, te damos la bienvenida al Club de los calcetines perdidos. Sus miembros lo ocultan a madres y parejas y solo confiesan cuando reconocen a otro colega. Si quieres rehabilitarte, solo debes resolver nuestro test, para evaluar el problema, y seguir nuestras recomendaciones. No está todo perdido.
La literatura infantil los ha bautizado como ‘los calcetines salvajes’. Pablo Prestifilippo describe su hábitat en el delicioso Manual de calcetines salvajes (Factoría K de Libros): “Les gusta refugiarse debajo de la cama, cerca de la zona donde se junta la pelusa y dentro de algún zapato viejo. Cuando buscan calor se cuelan bajo las sábanas y se arrastran hasta la zona de los pies. Otro de sus escondrijos favoritos es debajo de la almohada”.
Si tú #Soyjoven también tienes la sensación de que algunos de tus calcetines caminan hacia donde les da la gana, estás en el sitio adecuado. Pero antes debes confesar:
- ¿Cerrar la puerta de tu ropero es más difícil que la del tren de cercanías en hora punta?
- ¿El escritorio de tu portátil parece el catálogo de ofertas del Carrefour en septiembre?
“Que obra sin método y no cuida del orden en sus cosas”. ¡Hay, amigo!, así define la RAE los adjetivos desordenado y desordenada. Si estás dispuesto a convertir tu mesa de trabajo del coworking en la más envidiada, comienza por resolver nuestro test.