Por Jorge Coscarón.
En la actualidad 9 mujeres inician negocios por cada 10 hombres, una cifra que supera la media de Europa, donde solo se cuentan 6 mujeres por cada 10 hombres emprendedores.
Una de esas valientes mujeres emprendedoras es Berta Santos, abogada, coach y conferenciante a la que le gusta trabajar con personas valientes que, aun estando en una situación difícil, se ven capaces de salir hacia adelante gestionando su propio camino.
¿Cómo decides dedicarte al derecho?
No fue una decisión vocacional, sino una decisión práctica. Me faltaba claridad sobre qué carrera elegir y me pareció una buena opción, ya que me ofrecía una diversidad de salidas profesionales. Lo que nunca imaginé fue que, entre esas salidas, estaría la de ser coach jurídico.
Háblanos de tu faceta como coach y de tu pasión por asesorar a la gente.
Para mí el coaching es posibilidad, acción y superación. Lo más bonito de ser coach es retar a las personas a que encuentren sus propias respuestas, sin dar consejos, ya que desde ahí pueden experimentar sus propios cambios de una forma natural y lo que es más importante, implementarlos en su día a día.
¿Cuál es la mejor lección que has aprendido durante tu carrera profesional?
La lección más importante que he aprendido es que es posible reinventarse y realizar un trabajo con pasión.
Como iniciativa para transmitir el valor del emprendimiento a las mujeres, ¿qué te parece conmemorar el Día Internacional de la Mujer Emprendedora?
Me parece una muy buena iniciativa y una forma de reconocer, dar visibilidad y valor al trabajo que realizamos las mujeres emprendedoras y, a la vez, celebrar nuestros avances en la sociedad.
¿Cuáles han sido los pros y los contras en tu propia experiencia como emprendedora?
La mayor ventaja como emprendedora ha sido la libertad de poder trabajar en lo que me apasiona: la evolución de las personas, hacerlo según mi criterio y mi punto de vista. Además, poder optar a oportunidades de mucho impacto, que, en mi caso, hubieran sido más difíciles en un trabajo por cuenta ajena. Los contras han sido lidiar con la incertidumbre, que puede producir el no tener un salario fijo cada mes, y abrir camino, en una área no habitual en el derecho.
¿En qué estado crees que está la brecha de género en nuestro país?
Ha habido avances y cada vez hay más concienciación, pero aún queda mucho por hacer. Creo que hombres y mujeres debemos implicarnos en igualdad, para que esa brecha se reduzca y, algún día, pueda desaparecer. Para ello, es importante la colaboración de todos los sectores sociales y seguir realizando acciones de concienciación.
En tu web hablas de mujer y abogacía: ¿cómo se conjuga lo personal y lo profesional a la hora de conseguir el éxito?
En ocasiones es difícil porque, por mi propia pasión por lo que hago, he perdido de vista mi espacio personal y le he dedicado muchas horas al trabajo. Ahora soy más consciente de la necesidad de buscar ese equilibrio y, sobre todo, de la importancia del respeto y cuidado hacia mí misma. En mi caso, sin ese equilibrio, no hay éxito.
Y por último, ¿algún consejo para emprendedores dentro o no del mundo de la abogacía?
Creo que el emprendimiento supone pasar por momentos muy solitarios. En estos años, he aprendido a colaborar con otras personas emprendedoras y no tratar de hacerlo todo sola. El trabajo en red supone poder ofrecer un servicio más global y enriquecedor. Así que mi recomendación sería abrirse a oportunidades de colaboración, para poder llegar más lejos.
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