El análisis de grandes volúmenes de datos a través del big data, los algoritmos de inteligencia artificial y sobre todo el IoT (Internet of Things), que permite conectar todo tipo de dispositivos entre sí a través de las redes, están llamados a transformar nuestros hogares en los próximos diez años.
Muchos de esos primeros avances tecnológicos ya han llegado a nuestras casas en forma de control de la iluminación, las persianas, la climatización o la seguridad. Vamos a ver algunos ejemplos de esa tecnología que no solo nos hace la vida más cómoda, sino que nos permite ahorrar.
Termostatos inteligentes
Los termostatos inteligentes están ya entre nosotros desde hace unos años. Nos permiten, por ejemplo, optimizar al máximo el uso de nuestra calefacción a distancia controlándolos a través del móvil o incluso mediante comandos de voz. Muchos de ellos poseen geofencing, un sistema de geolocalización que conoce nuestra ubicación para encender o apagar la calefacción antes de que lleguemos al hogar.
Su coste es bajo respecto al ahorro obtenido (de 100 a 250 €) y se estima que nos permiten obtener un ahorro del 20-40 % del consumo de calefacción.
Contadores inteligentes
Las empresas distribuidoras de electricidad han incorporado a su red los nuevos contadores inteligentes, que permiten no solo reducir los errores en la facturación de las lecturas del suministro, sino también realizar operaciones inmediatas y a distancia, así como diagnosticar las incidencias, tanto en el interior de la vivienda como en la red.
Como consumidores, estos contadores nos aportan información importante sobre cómo se distribuye el consumo de energía eléctrica en tiempo real, lo que nos permite decidir sobre el tipo de tarifa que se adapta mejor a nuestro consumo. Por ejemplo, ya hay planes de tarifas sobre las horas del día en las que podemos consumir electricidad a un precio más reducido.
Neveras hiperconectadas
La total conectividad con internet de los nuevos frigoríficos inteligentes les permite efectuar múltiples tareas y funciones a través de aplicaciones. Por ejemplo, saber y avisar sobre la fecha de caducidad de los productos, avisarte cuando estos se van a terminar, proporcionar a los alimentos la temperatura ideal para que nos duren más o incluso realizar la compra online.
La utilidad no se queda ahí, ya que nos ofrecen también recetas, nos permiten conocer el tiempo, leer nuestras redes sociales o incluso ver vídeos mientras desayunamos. Cabe recordar que la nevera es el electrodoméstico que más consume.
Lavadoras: triple ahorro
Tras el frigorífico, el televisor y la lavadora son los grandes consumidores de energía en el hogar. Las lavadoras inteligentes nos permiten un triple ahorro: energía, agua y detergente. De media se calcula que nos permiten ahorrar un 20 % de luz, un 30 % de agua y algunas también tienen dosificadores automáticos que gestionan el detergente y suavizante dependiendo de la suciedad, el tejido y la carga.
Además, podemos controlarlas de forma remota desde cualquier lugar, con posibilidad de programar su funcionamiento en las horas donde la factura eléctrica es más baja. Además, nos avisan de cualquier incidencia y pueden contactar con el servicio técnico en caso de avería.