La juventud es el futuro. En ella depositamos la esperanza de un mundo más justo y sin pobreza, y por esta razón trabaja la sociedad en un modelo más sostenible que asegure el bienestar de las próximas generaciones.
Desde 1999, se celebra el 12 de agosto el Día Internacional de la Juventud, una fecha para apostar por el futuro de la humanidad. ¿Por qué? El origen lo encontramos en una recomendación de la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas para que durante ese día se organizaran actividades de información pública para incentivar la participación ciudadana de los jóvenes.
Derechos y situación
Cuatro años antes, en 1995, la ONU había creado el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes (PAMJ). Así, cada 12 de agosto sirve para reafirmar los compromisos asumidos en ese programa. Las consignas giran en torno a aumentar el conocimiento sobre la situación global de la juventud, entender sus necesidades y aspiraciones, así como promover políticas supranacionales y locales, públicas y privadas, que sirvan para salvaguardar sus derechos y hacer frente a sus problemas.
No podemos dejar de hacer hincapié en este día sobre la precaria situación en la que se encuentra gran parte de la población juvenil en el mundo, expuesta a la pobreza, el desempleo y el abuso. La mirada positiva de la ONU invita a la juventud a ser la solución a sus problemas y a la necesidad de una sociedad que vele por sus derechos, su talento y oportunidades.
Acción e iniciativas
El PAMJ de la ONU abarca diez áreas prioritarias de acción, desde la educación, el desempleo y la pobreza, hasta la salud, el medioambiente y el abuso de drogas. Para cada una de ellas analiza minuciosamente los retos y presenta propuestas de acción.
Por su parte, en todo el mundo el Día Internacional de la Juventud se celebra de distintas maneras. Por ejemplo, con competiciones y concursos motivando a los jóvenes a asociarse y a organizarse en sus comunidades para contribuir positivamente a la sociedad.
