Marzo. 2022
Desde 2013, la ONU convoca cada 20 de marzo el Día Internacional de la Felicidad. En un momento en que el mundo se desvía de la ruta hacia esa meta fundamental, parece más necesaria que nunca la celebración y reivindicación.
El Día Internacional de la Felicidad surgió de una resolución iniciada por el pequeño estado de Bután. Desde la década de 1970, el reino budista del borde oriental del Himalaya lleva priorizando el índice de Felicidad Nacional Bruta sobre el del Producto Nacional Bruto. Un buen ejemplo de cómo el cambio hacia la felicidad empieza por establecer un nuevo paradigma de la escala de valores.
“La felicidad individual pasa por la felicidad global”, se señala desde la ONU, “pero todos podemos contribuir a llegar a esa felicidad cuanto antes”. Por eso es tan importante que tomes buena nota de estas 10 pistas para que tu aportación al cómputo de la felicidad global sea neta.
La felicidad se siente
Ya dijo Aristóteles que todos estamos de acuerdo en ser felices, el problema llega cuando se intenta aclarar cómo podemos alcanzar esa deseada felicidad. Quizá hablemos de uno de esos escasos ejemplos en los que más importante que saberse feliz es sentirse feliz: centrarse en el objetivo.
Deseamos que estos 10 consejos te sirvan para experimentar ese sentimiento del que Stendhal dijo: “No respeto nada en el mundo como la felicidad”.
Creerse merecedor de felicidad
El primer paso para alcanzar la felicidad es creer en ella y, sobre todo, creerse merecedor de disfrutar de ese estado pleno.
Si aspiras a ser feliz, comienza por convencerte de que tú puedes serlo sin necesidad de que tu vida entre en un estadio de prístina perfección: “No tienes que ser perfecto para llevar una vida más rica y más feliz”, defiende el profesor y escritor Tal Ben-Shahar, una de las voces mundiales más importantes del mundo en Psicología positiva.
Practicar la gratitud
Agradecer a la vida lo que te ofrece de bueno es esencial para sentirse feliz. No se trata de tener una aproximación ingenua a la vida, ignorando los problemas, sino de no centrarse tanto en ellos. Además hay estudios que defienden que una actitud más optimista y agradecida frente a la vida predispone al éxito, e incluso mejora la salud: no pierdes nada por intentarlo.
Cultivar relaciones sociales sólidas
Martin Seligman, padre de la psicología positiva, descubrió que una de las situaciones que diferencia a una persona feliz de otra que no lo es, son las “relaciones sociales íntimas sólidas”. Relaciones entendidas en su más amplio sentido, desde las sentimentales a las familiares y sociales, y sin necesidad de ser consideradas perfectas, ya que incluso en la discrepancia pasan a ser un fuerte componente de felicidad.
Saber perdonar
Precisamente porque las relaciones humanas siempre son fuentes de conflicto, el perdón se convierte en ingrediente imprescindible para vivir en sociedad sin resentimiento. Canalizar interiormente la ira, frente a los demás y frente a uno mismo, es esencial para mantenerse el mayor tiempo posible en ese balanceo anímico que nos permite disfrutar.
Involucrarse con el día a día
Otro de los conceptos más interesantes de Seligman es el del engagement positivo con la rutina de cada uno. Concepto que se puede traducir por tener una involucración sana con las tareas diarias, incluso cuando algunas de ellas no agraden, abordarlas de un modo positivo concilia con esa vida más pedestre y nos convierte en personas positivas y felices.
Tener libertad de fracasar
“No puede haber libertad sin que exista la libertad de fracasar”. La frase del psicoanalista Erich Fromm, ayuda a entender el fracaso como una posible consecuencia de nuestra libertad de acción y decisión, y no como algo que nos aparta irremisiblemente del éxito social y personal, y la felicidad, en última instancia.
Ser generador activo de alegría
Un concepto que defiende el escritor y divulgador Alex Rovira: “Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías esperando encontrar la gran felicidad”. Una llamada de atención a la importancia de celebrar y compartir alegrías, las grandes, pero también las pequeñas.
Tomar consciencia de la naturaleza
Disfrutar de dos horas a la semana en contacto con la naturaleza mejora la salud física y psicológica. Este estudio del National Institute for Health Research de Reino Unido, publicado por Scientific Report, trató de demostrar científicamente cómo el contacto directo con la naturaleza tiene un impacto directo en el bienestar de las personas.
Tener objetivos
Fijar objetivos y verlos cumplir son también fuentes de felicidad. Personales, familiares o profesionales, hacer planes resulta estimulante para una mayoría de las personas mejorando su motivación diaria, y la confianza cuando se consiguen.
Ser resiliente
Un valor de moda, que ya forma parte indiscutible de la receta de la felicidad. La resiliencia habla de la capacidad de superación de los golpes que ofrece la vida, en buena medida, a través de la adaptación al cambio que se impone. Aceptar que no siempre se puede elegir y que en muchas ocasiones toca convivir con lo peor, cierra este decálogo de consejos para ser feliz este 20 de marzo y el resto de días del año.