Soltero y ahorro, pareja de éxito gracias al método kakebo

Para celebrar el Día del Soltero, te presentamos el método kakebo, un modelo de ahorro con el que seguro que puedes hacer grandes planes de futuro.

Un día antes de la consagración del amor por San Valentín, los solteros del mundo se hacen hueco colando su celebración en el calendario. Un total de 14,4 millones de españoles festejan cada 13 de febrero el Día del Soltero y, para convertirlo en una fecha especial, os presentamos el método kakebo: un modelo japonés centenario que seguro conquistará tu corazón ahorrador.

Mes a mes, el número de solteros crece. Según los datos del INE, ya representa más del 36% de la población, el 52 % hombres y el 48% mujeres. Según el estudio de IPG Mediabrands, la soltería empodera al rol consumidor del single. Con un nivel adquisitivo superior a la media, dedican más recursos a la compra de moda, electrónica y, sobre todo, a ocio: son grandes devoradores de restauración, cultura y viajes.

Y con tanto ir y venir, ¡qué te vamos a contar!, no siempre resulta sencillo alimentar al cerdito de la hucha. Pero no hay que inquietarse, hemos concertado un First Date con el método kakebo. Ya nos contarás si hay plan… de ahorro, claro está.

 

Qué es el método kakebo

Fue una creación de la primera periodista japonesa, Hani Motoko (1873-1957). Nacida en una familia de cultura samurái, escribió en 1904 Kakebo, el método japonés para aprender a ahorrar, que desde entonces es un superventas. De hecho, es posible comprar libros de cuentas kakebo, que pueden ser de utilidad si decides dar el paso.

Kakebo significa literalmente ‘libro de cuentas para el ahorro doméstico’, y la modernísima Motoko lo ideó para facilitar la gestión de la economía doméstica de un modo sencillo pero efectivo. Como vamos a ver, apenas requiere de una libreta (en estos tiempos una hoja Excel podría ser más apropiada) y constancia.

Su propuesta es llevar un diario de cuentas, una anotación de todas las entradas y salidas de dinero para avanzar hacia un perfecto equilibrio que permita el ahorro semanal. Pero detrás de la propuesta de esta Marie Kondo del ahorro, también hay una filosofía: reflexionar sobre tus gastos, aprendiendo a diferenciar entre unos y otros hasta alcanzar un consumo responsable, justo lo que un soltero como tú necesita.

 

Cómo funciona
Aunque en principio puede resultar algo engorroso emplearse en la tarea, Motoko recuerda que se trata de establecer una disciplina de escasos minutos al día. Su recomendación es elegir un momento del día, durante el primer café o en la noche antes de sentarte a descansar, por ejemplo. La segunda recomendación es conservar todos los tiques de tus gastos.

Para empezar a trabajar con el método kakebo te proponemos seguir los siguientes pasos:

 

1. ¿Sabes cuánto gastas al mes?
La pregunta no es tan candorosa como parece. Si quieres lograr un cambio en tu vida debes empezar por conocer a fondo tus finanzas, y en esta primera tarea puede que todo no sea como crees.

Debes empezar contabilizando desde el primer lunes del mes, dividiendo los gastos en cuatro columnas y cada columna separada por días con su fecha.

  • Es la partida dedicada a lo imprescindible. Básicamente, alimentación, salud, gastos de vivienda, préstamos, seguros y consumos.
  • Esta es la columna más dolorosa. Aquí se contabiliza los gastos más superfluos, desde el tentempié de media mañana a la cena del sábado, las compras de ropa, perfumes, regalos, etc.
  • Cultura/Ocio. Aquí van los gastos que te hacen tan feliz, desde la entrada del cine a la de un concierto, las suscripciones a canales de videojuegos online o portales de contenido…
  • Todos los meses hay alguna sorpresa: las ruedas del coche, un atasco en la cocina o un electrodoméstico que dejó de funcionar.

Ahora suma todas estas partidas. Debes ver el gasto semanal y mensual de cada categoría, también el gasto total en estos dos periodos (semana y mes).

Ahora compara el resultado con una quinta columna en la que figuran tus ingresos mensuales completos, incluidas pagas extras, o por otras fuentes complementarias a tu trabajo de abogado (a).

2. ¿Cuánto puedes ahorrar?
A la vista de este estudio, que se debe hacer cada mes, pero también de forma adicional al trimestre, ya puedes echar las cuentas: resta los gastos de los ingresos.

Ahora debes preguntarte si esta situación es satisfactoria o no, y decidir cuáles son los objetivos. Por ejemplo, puedes decidir ahorrar una cantidad fija al mes para invertirla en los planes de ahorro y jubilación de Mutualidad de la Abogacía, pero también (o de forma adicional) una destinada a una compra de valor, un vehículo o un viaje. En este caso debes marcar también un espacio temporal en el que quieres conseguir el ahorro: 36 o 11 meses, por ejemplo

3. ¿Cómo ahorrar?
A partir de aquí es donde el método kakebo ofrece su magia.

Cada primer lunes de mes se inicia las cuentas mensuales. Debes partir de dos cifras, una la de los ingresos a la que restarás los gastos fijos estimados (cuando has cumplido el primer año puedes utilizar el dato del mismo mes del año anterior, teniendo en cuenta la inflación).

Ahora ya sabes el dinero del que realmente dispones. Es el momento de analizar si puedes cumplir con los objetivos de ahorro marcados o debes recortar gasto. También se puede fijar una cantidad diferente al mes por la razón que sea, pero siempre tratando de avanzar con el plan previsto. Esta flexibilidad, por ejemplo, permite ahorrar menos en el mes de vacaciones pero, teniéndolo previsto, puedes apretarte el cinturón durante los meses de invierno.

Analizando cada partida de gasto es sencillo identificar dónde está la posibilidad de ahorro que te lleva al objetivo. Por ejemplo, un mes puedes decidir prescindir del cine de los domingos y el gasto de la gasolina (también existe el transporte público). Otro mes puedes decidir reducir al 50% los gastos en moda o renunciar al café del mediodía, todo suma.

Quienes asumen esta disciplina de ahorro, identifican significativas ventajas:

  • Si un mes hay un gasto inesperado importante, planifican el siguiente o los siguientes meses de un modo más sencillo para no desviarse del objetivo de ahorro.
  • Se identifica mejor qué tipo de gastos son más prescindibles para cada persona. Para algunos puede ser sustituir el gimnasio por una caminata diaria, y para otros renunciar al fiestón del
  • Facilita la toma de conciencia de que todos los desembolsos, por pequeña que sea la compra, restan. Y a no dejar que el estado de ánimo influya en la disciplina de ahorro: la ansiedad es un gran activador del consumo menos reflexivo.
  • Mejor control de los gastos cargados por tarjeta de débito y, más importante, de crédito, evitando sorpresas a final de mes.

 

 

 

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