Seguramente habrás oído hablar mucho de ellos. ¿Alguna vez te has preguntado quién construye las escuelas, hospitales y carreteras o quién paga a los bomberos, maestros o médicos? Estos servicios públicos son posibles gracias a los impuestos que todos los ciudadanos y empresas pagamos.
De hecho, los impuestos no son algo nuevo, existen desde la Antigüedad, aunque no siempre tuvieron el significado actual. Por ejemplo, pagaban impuestos los campesinos de la Edad Media para poder cultivar un trozo de tierra y a cambio de protección de los señores feudales. O los vikingos, que cuando invadieron Inglaterra se negaron a irse a menos que el rey inglés les pagara una “tarifa de invitado”. Son ejemplos que poco tienen que ver con los impuestos que pagamos hoy en nuestra sociedad.
¿Cuándo surgieron los impuestos en Europa?
Imagínate que estás en Atenas, una ciudad-estado de la antigua Grecia. Atenas fue a la guerra y alguien tuvo la idea de que cada ateniense pagara algo de dinero para que la ciudad pudiera comprar armas para el ejército. Ese fue el germen temprano de los impuestos y lo llamaron eisphora.
El Imperio romano fue el gran precursor de los impuestos tal como los conocemos. Inventó muchos de ellos, como el que llamaban munera o deber (pagado por los ricos para mantener el imperio); los derechos de aduana que gravaban el comercio; o el de sucesiones cuando alguien fallecía y su heredero debía pagar un porcentaje de ese patrimonio heredado.
Te sorprenderá saber que después hubo también ejemplos de impuestos en Europa que hoy nos parecerían absurdos. Por ejemplo, el impuesto sobre la barba establecido por el zar Pedro I de Rusia, que pretendía que los hombres no se la dejaran crecer porque no estaba de moda en Europa. O el impuesto de ventana que creó el rey Guillermo III de Inglaterra en 1696: cuanto más grande era la casa, más ventanas tenía y más impuestos pagaba el propietario.
El impuesto hoy
Como hemos visto, los impuestos han ido cambiando de acuerdo a la necesidad de cada sociedad, pero siempre han sido la principal fuente de ingresos de los gobiernos. Hoy todos los ciudadanos y las empresas tenemos la obligación de pagar diversos impuestos, por ejemplo, cada vez que compramos algo o nos beneficiamos de un servicio, o simplemente destinamos parte de nuestro sueldo al Estado. ¡Tú también pagas impuestos! Por ejemplo, si te gastas 1 € en chuches, con 0,21 € de ellos estás pagando el IVA, un impuesto que se encuentra en todos los productos o servicios.
¿Quién está a cargo de todo el dinero recaudado en impuestos? Los ayuntamientos, comunidades autónomas y el Estado central se encargan de recaudar todo ese dinero y de invertirlo en la creación, mantenimiento y funcionamiento de servicios públicos, como las escuelas, hospitales, policía, bomberos, autovías, recogida y reciclaje de basura, limpieza de las ciudades y jardines, etc.
Es decir, los impuestos sirven para satisfacer esas necesidades que la sociedad necesita para funcionar y que cada persona no puede cubrir por sí sola.
¿Sabías que…?
- La Agencia Tributaria se encarga de recaudar el dinero que proviene de los impuestos del Estado y evitar que haya personas que no cumplan con su obligación.
- Una vez al año, todo el mundo hace sus cuentas para calcular cuánto le corresponde contribuir en función de lo que ha ganado. Eso es hacer la declaración de la renta.
- Cada vez que compras un producto o un servicio, una parte del precio que pagas está destinado al IVA (impuesto sobre el valor añadido).
- Las comunidades autónomas y los municipios también recaudan ciertos impuestos. Por ejemplo, la persona que compra una casa tiene que pagar a la comunidad autónoma un impuesto llamado Transmisiones Patrimoniales. Otro ejemplo son las tasas que pagamos al municipio para que nos recoja la basura.
Es probable que hayas oído hablar de los Presupuestos Generales del Estado. Es la ley económica más importante y refleja lo que se va a ingresar ese año gracias a los impuestos y cómo se lo va a gastar el Estado.