En plena campaña de la renta, es hora de hacer cuentas y aplicar las desgravaciones que la ley nos permite en la declaración del IRPF. Es el caso de los seguros privados de salud, que pueden suponer un importante ahorro fiscal en los dos casos que te detallamos a continuación.
Si eres autónomo
Si ejerces por cuenta propia, podrás deducir como gasto las primas del seguro de salud en tu declaración de la renta, con estas condiciones y límites (según establece el artículo 30.2.5ª de la Ley 35/2006 del IRPF):
- Son deducibles las cuotas que abones para tu propia cobertura, así como las de tu cónyuge e hijos menores de 25 años que convivan contigo.
- Eso sí, existe un límite de 500 euros anuales por persona asegurada o 1.500 euros si tiene un grado reconocido de discapacidad.
En este caso, no olvides conservar la póliza del seguro durante los plazos establecidos por la normativa tributaria, para una posible inspección de Hacienda, y la documentación que acredite la prima satisfecha por cada asegurado.
Si eres trabajador por cuenta ajena
En este caso, si contratas un seguro de salud, no desgravará en tu IRPF. Si es tu empresa la que lo contrata, no se considerará rendimiento del trabajo en tu factura fiscal, con las siguientes condiciones y límites:
- Son deducibles las cuotas que abonen para tu propia cobertura, así como las de tu cónyuge y descendientes.
- Que las primas o cuotas satisfechas no excedan de 500 euros anuales por cada una de las personas señaladas en el apartado anterior. El exceso sobre dicha cuantía constituirá retribución en especie en tu IRPF.
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