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1 noviembre 2015

Plan Universal, un producto de referencia en el mercado

En lo que supondría adelantarse a su tiempo en cuanto al modelo de producto diseñado e, incluso, a las exigencias legislativas, en 2005 la Mutualidad lanzaba al mercado, el denominado Plan Universal para ofrecer una fórmula novedosa con la que conjugar de manera integral y simultánea las necesidades profesionales y personales de ahorro de los mutualistas.

Se trataba, en definitiva, de integrar las modalidades de ahorro y previsión en un solo producto que, ahora, a diez años vista, se ha convertido en el plan de previsión de referencia de la entidad y del mercado, en la medida que satisface de forma plena y flexible las necesidades de los mutualistas con coberturas de ahorro-jubilación junto con aquellas otras contingencias de riesgo que impidan el desarrollo de la actividad profesional, tales como la incapacidad permanente, la incapacidad temporal profesional, el fallecimiento y la dependencia.

Todo ello, con el valor añadido de que se adapta a la medida de cada situación personal, es decir, a las posibilidades y demandas particulares de cada mutualista.

Bajo estas características de flexibilidad y versatilidad, en una década el Plan Universal se ha convertido en un instrumento de ahorro diferenciado en el que, mediante capitalización individual, se acumulan las aportaciones periódicas o extraordinarias y rendimientos hasta la jubilación o fecha que decide el mutualista.

Incluye, además, las contingencias de riesgo ya comentadas que pueden contratarse de forma independiente o simultánea y que gozan de la misma rentabilidad que los planes de ahorro.

Y todo sin olvidar sus importantes ventajas en cuanto a que es también el propio mutualista, o en su caso sus beneficiarios, quien elige cómo percibir las prestaciones: capital único, rentas financieras o vitalicias o una mezcla de algunas o todas ellas.

¿Qué impacto ha tenido el Plan Universal en el crecimiento de la Mutualidad?

La puesta en marcha del Plan Universal supuso un cambio en el sistema de capitalización de la Mutualidad, pasando de un sistema de capitalización colectiva a uno de capitalización individual, que ha calado muy positivamente en los mutualistas y que ha llevado a un crecimiento muy importante en las cifras más relevantes de la entidad.

Como prueba de la confianza que los mutualistas han depositado en este Plan basta comprobar cómo ha evolucionado en este tiempo la cifra de aportaciones anuales realizadas, que se ha visto incrementada en casi un 300 % y que ha superado los 500 millones de euros.

Sin duda, la cifra más significativa y que marca el crecimiento de la Mutualidad desde 2005 es el volumen de ahorro gestionado, que ha superado la cifra mágica de los 5.000 millones de euros con un crecimiento de más del 283 % en estos diez últimos años.

Los 5.118 millones de euros alcanzados hasta septiembre de 2015 sitúan a la Mutualidad General de la Abogacía entre las primeras aseguradoras de vida en España, concretamente en el puesto noveno del ranking de entidades aseguradoras de vida que publica ICEA.

Además, a esto se añade una rentabilidad estimada para este año 2015 de los activos de la Mutualidad del 5,69 % y un ratio de gastos de gestión sobre el ahorro gestionado del 0,25 %, cifras que convierten objetivamente a la Mutualidad en una de las entidades más competitivas del mercado.

Una y otra variable, es decir, rentabilidad y ratio de gastos de gestión, se han mantenido en estos diez años en una media que ninguna otra entidad ha podido ofrecer y mantener en el tiempo.

La rentabilidad de las inversiones de la Mutualidad ha mantenido una estabilidad en el tiempo que ha permitido dar confianza a los mutualistas frente a la volatilidad de otros instrumentos de previsión social complementaria.

Esta línea de rentabilidad en el tiempo se mejora al compararla con la evolución del IPC de los últimos años. En el año 2014, la rentabilidad asignada al plan Universal alcanzó el 5,22 % frente a una inflación del -0.10 %. Las estimaciones para 2015 se fijan en una rentabilidad para el Plan Universal próxima al 5,20 % frente a una inflación del 0 %.

Como prueba de la confianza que los mutualistas han depositado en este plan basta comprobar la evolución en diez años de las aportaciones anuales, que se han incrementado en casi un 300 %

Razones que justifican la estabilidad del Plan Universal

La Mutualidad, como entidad de previsión-ahorro sin ánimo de lucro, ha convertido en su seña de identidad una gestión realizada por abogados para abogados, en la que todos los beneficios repercuten en los propios mutualistas y donde la gestión de las inversiones se realiza de forma independiente.

Con un criterio de inversión siempre “sobre seguro”, tanto financiera como en bienes inmuebles, la Mutualidad sigue una política de austeridad y contención del gasto.

Otros datos significativos de la Mutualidad

Un incremento de casi 65.000 mutualistas en los diez últimos años, camino de alcanzar en este momento los 200.000, y un aumento de los fondos propios que han pasado de los 9 millones de euros en 2005 a los 255 millones actuales: son datos que constituyen un sólido cimiento para la Mutualidad.

En estos últimos diez años, la Mutualidad, además, ha materializado su compromiso y colaboración en los procesos de formación para que el acceso al ejercicio de la Abogacía sea de calidad desde el momento de su iniciación. También a través de la Fundación Obra Social de la Abogacía Española se ha dado respuesta a las necesidades especiales de mutualistas y colegiados con la concesión de ayudas extraordinarias y becas.

La flexibilidad de los cuatro sistemas del Plan

Por otra parte, en el contexto de la particularidad que caracteriza a este producto, cada mutualista puede optar por hasta cuatro sistemas dentro de su propio Plan Universal. Es decir, en una misma póliza tiene la posibilidad de contratar el Sistema de Previsión Profesional como alternativa al RETA, así como cualquiera de las otras tres fórmulas de previsión privada que más se adapte a su perfil de ahorro: Sistema de Previsión Personal (PPA), Sistema de Ahorro Sistemático (PIAS) y Sistema de Ahorro Flexible (SVA).

La alternativa al RETA con capitalización individual

Como sistema de previsión profesional para los abogados que ejercen por cuenta propia, el Plan Universal es la alternativa al régimen de Autónomos de la Seguridad Social (RETA), con la ventaja de que ofrece un modelo de capitalización individual.

Así, será independiente de los factores de crisis que puedan afectar coyunturalmente al sistema público. Más aún, si el abogado lo decide o su trayectoria profesional le obliga más tarde a afiliarse a algún régimen de la Seguridad Social, el Sistema Profesional deja de ser alternativo y puede continuar como un sistema complementario.

Al igual que las cuotas de la Seguridad Social, las aportaciones -hasta 12.895 euros anuales- son gasto deducible en el IRPF por actividad profesional.

Este sistema admite, de forma complementaria, la contratación de las coberturas de fallecimiento, incapacidad (permanente o temporal profesional) y, voluntariamente, la de dependencia.

Las aportaciones y rendimientos se atribuirán a la cuenta de cada mutualista y habrá disponibilidad anticipada en caso de enfermedad grave y desempleo de larga duración.

Dentro de este plan personalizado, el mutualista podrá elegir también cómo recibir la prestación: renta, capital o una combinación.

Su fiscalidad:

  • Hasta 12.800 euros como gastos de actividad profesional, incluidas cuotas Plus Salud del mutualista, cónyuge e hijos menores de 25 años.

El ahorro personal a través de tres modalidades diferentes

Ahorro-previsión con la posibilidad de movilización desde otros planes de pensiones, constitución de rentas vitalicias para la jubilación, o la inversión flexible con aportaciones sin límite a cualquier plazo son los tres sistemas que se unen al profesional de manera simultánea y personalizada:

  • Sistema de Previsión Personal. En lo que se conoce como Plan de Previsión Asegurado (PPA), el mutualista disfruta de un sistema de ahorro-previsión con las ventajas fiscales de los planes de pensiones, es decir, en el que las aportaciones reducen la base imponible del IRPF, hasta una cuantía de 8.000 euros. Además, en este sistema se pueden trasferir los saldos de otros fondos de pensiones y, como en el sistema profesional, se pueden contratar las coberturas de fallecimiento, incapacidad permanente y dependencia.

De las aportaciones realizadas después del 1 de enero de 2015, y transcurridos diez años, el mutualista podrá recuperar los fondos acumulados sin ningún tipo de penalización.

  • Sistema de Ahorro Sistemático (PIAS). Dirigido a los mutualistas que busquen rentas vitalicias para jubilación en cualquiera de las cinco modalidades existentes.

Además, en los PIAS, con una duración mínima de 5 años y posibilidad de movilización desde y hacia otros planes de iguales características, los rendimientos acumulados están exentos de tributación, salvo cobro de la prestación de forma distinta a lo que marca la legislación y si se cumplen los límites de aportaciones establecidos.

  • Sistema de Ahorro Flexible (SVA). Es una fórmula de inversión con ahorro y seguro de vida que permite realizar aportaciones sin límites a cualquier plazo con la ventaja de que los rendimientos tributarán solo cuando se perciban con la fiscalidad de los productos ahorro-inversión.

Además, desde el primer año se puede disponer de las cantidades aportadas más los rendimientos. Este sistema contempla la contratación de las contingencias de riesgo, es decir, fallecimiento, incapacidad permanente, incapacidad temporal profesional y dependencia. 

El paso de un ahorro gestionado de 1.804 millones de euros en 2005 a los 5.118 millones actuales es un dato sobre el que se fragua el crecimiento de la Mutualidad, con una rentabilidad media para los mutualistas del 5,51 % en la última década

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