#Mercados: La macro se alinea con las bajadas de tipos

Leído con detenimiento, podría parecer un contrasentido el título de este artículo: en verdad, deberían ser los tipos de interés los que se alineen con la macro y no al revés. Pero la realidad es que llevamos tanto tiempo hablando de las posibles bajadas del precio del dinero que, a estas alturas, resulta mucho más práctico buscar las causas que los efectos.... que ya damos por descontados.

Hablando de los efectos en primer lugar, es cierto que aún no está del todo claro el cuándo y el cuánto. La hoja de ruta completa, vaya. Sí pensamos que es muy, muy probable (seguro en economía no hay casi nada) que, en el caso de Europa, la primera bajada de tipos la veamos en junio, apenas dentro de unas semanas. Sencillamente, el mensaje está tan telegrafiado por parte del BCE que cualquier variación en el menú puede causar una indigestión en los mercados. Por lo que se refiere a EE.UU., los tiempos no están tan mascados. De hecho, existen diferentes opiniones, dentro del seno de la Reserva Federal -la famosa división entre palomas y halcones, aplicable por otra parte a muchos ámbitos de la economía y la política-. Pero sí es cierto que el debate no está en el fondo -relajar la política monetaria- sino en las formas, es decir, cómo y cuándo. Y, en esa línea, trabaja el título de este artículo: la macro comienza a bendecir esta normalización monetaria.

Y es que los últimos datos publicados en Norteamérica -y entramos ya en las causas- parecen sugerir que la economía de este país empieza a moderar su expansión. No es que el motor esté gripado, ni mucho menos. En realidad, la actividad económica en EE.UU. no se ha parecido en nada, hasta ahora y en lo que llevábamos de año, a un aterrizaje suave, como tantas veces ha repetido la FED, sino más bien, permítanme la licencia, a un país que va como una moto. Esto, como decimos, parece que empieza a cambiar.

El último dato publicado de empleo ya comenzó a sugerir esta ralentización: sí, la economía norteamericana sigue creando empleo, pero a un ritmo inferior al esperado. Los datos de venta al por menor publicados hace unos días dibujaron una senda parecida: No es un estancamiento, pero desde luego sí una desaceleración, en un componente, el consumo, tan importante en el PIB estadounidense. Lo mismo cabe decir del ISM manufacturero y no manufacturero. En cuanto a la inflación, los últimos baremos han marcado una bajada de las referencias general y subyacente hasta el 3,4% y 3,6% respectivamente. Representan apenas una y dos décimas menos que los registros anteriores, pero son datos en la buena dirección y, en el caso de la subyacente, mínimos de tres años.

Todo ello va en línea con una más que posible bajada de tipos en EE.UU., en este caso, muy probablemente, después de las vacaciones estivales…y antes de las elecciones presidenciales de noviembre. Es decir, con algo de decalaje frente a Europa, pero no tanto como para que veamos una reacción desproporcionada sobre el tipo de cambio del eurodólar, algo que podría mover con fuerza economía y mercados. Por supuesto, como hemos comentado anteriormente, damos por buena una bajada de tipos en la Eurozona en junio, y más después de la publicación de los últimos datos de inflación en el viejo continente que, de hecho, se encuentran ya en zonas muy cercanas al equilibrio que busca el BCE (2,4%, en el caso del IPC general).

No está de más comentar que estos datos, que infieren normalización monetaria, no están exentos de riesgos: en el caso estadounidense, la inflación, aunque se contiene, sigue en niveles muy por encima de equilibrio (fijados en torno al 2%). En el caso europeo, preocupa que una bajada de tipos pueda provocar una reaceleración de la inflación. En ambos casos son riesgos reales. Y, de hecho, los mercados no los olvidan.

Porque en estos días estamos observando dos efectos contrarios: por un lado, las bolsas se mantienen en zonas de máximos, cotizando por tanto el mejor escenario posible: crecimiento positivo con relajación de inflación, es decir, con posibles bajadas de tipos. En todo caso, con cierta prudencia, sobre todo en las bolsas americanas, que dudan técnicamente con estos máximos.

Por otro lado, la renta fija sigue sin cotizar con fuerza un escenario claro de bajadas de tipos. La estructura sigue siendo muy plana y elevada, en términos de rentabilidad. Ello sugiere una oportunidad de compra si al final, como parece, la senda de bajadas de tipos, más allá de un recorte simbólico de 25 puntos básicos a ambos lados del Atlántico, termina siendo la tónica.

Por todo ello, mucha atención en los próximos días a los datos macroeconómicos y, de manera especial, a las declaraciones de los responsables de los bancos centrales. Llegó mayo, pero aún no se ha ido, y sin duda tendremos referencias muy importantes antes del descanso veraniego que, a estas alturas de año, empieza a ser necesario. Empezando por los propios mercados.

 

 

 

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