Tras el camino descendente de las bolsas de hace dos semanas, que culminó con una sesión realmente terrorífica el lunes 21 de diciembre, los mercados recuperan parte del valor perdido, al iniciar la cuenta atrás de este realmente complicado 2020. Por una parte, como comentábamos hace unos días, la impresión desde el punto de vista técnico es que los índices bursátiles “limpiaron” de golpe su sobrecompra y el recalentamiento continuo arrastrado desde comienzos de noviembre. Por otra, la concatenación de noticias negativas (incertidumbre con respecto a un posible Brexit duro, incremento de los contagios por Covid incluyendo una nueva mutación, problemas en la aprobación del estímulo fiscal estadounidense), han dado paso de manera rápida a una mayor visibilidad en prácticamente todos los frentes. En ese sentido, comienza una última semana con tono alentador, aunque con los volúmenes de contratación propios de estas fechas semi vacacionales.
El acuerdo al que llegaron la Unión Europea (pendiente de aprobación definitiva por el parlamento de Estrasburgo) y el Reino Unido marcó el comienzo de este cambio de tendencia a mejor. Una vez más, en este tema en concreto, se vuelve a salvar un match ball a falta de pocas horas para concluir el partido. Si bien el drama (en ocasiones, sainete) está más que repetido, es evidente que los mercados aún no tienen plenamente amortizado un Brexit duro, algo que, a fuer de sinceros y a la luz de las últimas noticias, parece cada vez más difícil. Hay que reconocer que la semana para el Reino Unido ha sido todo menos fácil, con miles de camiones colapsando el Eurotúnel de Calais. En todo caso, si no un final, volvemos al tono de tregua entre ambas partes, para bien de todos y en especial de los británicos.
No cabe duda que estas navidades van a ser muy distintas en todo el mundo, por efecto del Covid y de manera particular, por efecto de esta segunda (o tercera) oleada de contagios. En esta batalla, la buena noticia es el comienzo de las campañas de vacunación, a escala global. Evidentemente los efectos sociales y económicos no van a ser instantáneos, y aún queda tiempo para volver a una razonable normalidad. Pero, en términos churchillianos, a la llegada de las vacunas, se puede aplicar el célebre “no son el fin; probablemente, tampoco son el principio del fin. Pero sin duda, sí son el fin del principio”.
Para terminar de poner el tono positivo a los mercados, el aún presidente Donald Trump dio por fin su brazo a torcer y aprobó in extremis la nueva tanda de estimulo fiscal en EE.UU., por valor de casi novecientos mil millones de dólares, lo que equivale a más del 4% del PIB estadounidense. Sin duda, una vez cerrado el año, comenzará una nueva cuenta atrás: la de la salida del actual inquilino de la Casa Blanca y la llegada de la nueva administración Biden, con la siempre mezcla de esperanza e incertidumbre que ello conlleva. En este caso, el cambio se antoja a todas luces positivo para Europa y, se espera, una política más consistente y estable que la llevada a cabo por el ya casi expresidente Trump. Sin duda, éste será uno de los focos de atención del mercado en el nuevo año, junto a la evolución de la pandemia.
Por todo ello, metros finales del ejercicio económico más complicado, probablemente, desde 2011 (con la crisis de deuda europea) o incluso desde Lehman, en 2008. Con todos los inversores agotados y deseando llegar a la meta, el objetivo ahora es que no aparezca ningún problema de última hora. De ser así, 2020 resultará un año inversor ciertamente complicado, pero no malo, en sentido estricto. Desde luego no tan malo como lo fue, en general, 2018. Pero eso será si miramos solo la foto finish. Por el contrario, si echamos la vista atrás, el camino hasta el 31 de diciembre ha sido en extremo rocoso y empinado, y no solo en el plano económico. En ese contexto, nadie echará de menos este 2020. Por el contrario, mucho que agradecer a todos los que han trabajado duro para sobrellevarlo, y todo el recuerdo a aquellos para los que el año ha estado marcado por la pérdida de un ser querido. Todos ellos se merecen un buen 2021 imbuído, en el plano mercantil, del optimismo y la prudencia que deben regir, siempre, siempre, las decisiones de inversión.