Gestión coordinada de flujos de ingresos y gastos

Para toda entidad aseguradora, resulta esencial establecer una estrategia de inversión que garantice mantener en el futuro unos flujos de ingresos de naturaleza, duración y liquidez suficientes para cumplir con las obligaciones del negocio asegurador en sus respectivos vencimientos.

Del mismo modo que para cualquier ciudadano resulta vital hacer una adecuada planificación financiera para conseguir así un nivel de ingresos suficiente con el que hacer frente a sus gastos presentes y futuros incluso una vez jubilado, la Mutualidad también planifica su estrategia de inversión con la finalidad de garantizar en el largo plazo que los flujos de ingresos van a ser siempre suficientes para atender las necesidades de gasto derivadas del negocio asegurador.

¿Qué es ALM?

En la cultura financiera y aseguradora se conoce a estas técnicas como gestión del activo y el pasivo (ALM por sus siglas en inglés), que reguladas en la normativa española (Orden EHA/339/2007), permiten que las decisiones y acciones vinculadas al activo y al pasivo estén siempre coordinadas, es decir, que se consiga una suficiencia o inmunización en tiempo y cuantía de los flujos de entrada (cupones y vencimientos de renta fija, dividendos de renta variable, tesorería, aportaciones estimadas, etc.) respecto a los flujos de salida (pago de siniestros, pagos de prestaciones y gastos de gestión).

Requisitos normativos

  1. La antes referida normativa exige que para considerar que una entidad está inmunizando adecuadamente sus flujos, se den de forma simultánea las siguientes condiciones:.
    1. Viabilidad global de la operación. Se requiere que el valor a día de hoy de los flujos de entrada futuros sea superior al de los flujos de salida.
  2. 2. Coincidencia suficiente en tiempo y cuantía. Los flujos de entrada deberán ser suficientes para cubrir los flujos de salida.
  3. 3. Equivalencia de duraciones. Las duraciones financieras de los flujos de entrada y de salida, calculadas a tipos de mercado, no pueden diferir entre sí en más de un 20%.

Situación de la Mutualidad

Partiendo de estas premisas normativas y de una estimación muy prudente de flujos y tipos de reinversión y descuento, la Mutualidad, a cierre del ejercicio, no solo tiene suficiencia global en cuanto al valor actual de las entradas (11.303 mill. €) sobre el de las salidas (8.316 mill. €), y una duración financiera del pasivo no superior al 20% sobre la del activo, sino que además, tal como podemos observar en el Gráfico 1, existe una suficiencia importante de flujos de entrada respecto a los de salida hasta el año 2029, momento en que aparecen algunos saldos netos negativos ante la ausencia de activos financieros a tan largo plazo. Sin embargo, la simple reinversión de los saldos netos positivos de ejercicios anteriores deberá ser suficiente para hacer frente a estos futuros saldos negativos aun en una coyuntura económica con tipos de interés cercanos a 0.

Sobre esta base, la Mutualidad de la Abogacía estructura su negocio de vida en tres carteras de grupos homogéneos de pólizas (Plan Básico, Plan Universal y RVR), a las que se les asignan los diferentes activos de la cartera de inversiones, motivo por el que se ofrece una rentabilidad diferente a los mutualistas de cada Plan.

Estrategia de inversión

Si tenemos en cuenta que los flujos de salida se producen mayoritariamente por vencimientos o jubilaciones de los mutualistas, y dado que la edad media de estos es aún relativamente baja (45 años), la Mutualidad espera una gran concentración de pagos entre los años 2021 y 2040. Por tanto, deberá desarrollar una estrategia de inversión que le permita atender las necesidades de pago a sus mutualistas, con ingresos procedentes de las primas y las inversiones, que por seguridad, duración y liquidez procederán en su mayor parte de los vencimientos de la renta fija (cupones y nominal).

Esta es la principal razón por la que la Mutualidad apuesta por una estrategia de inversión a muy largo plazo compuesta en su mayor parte por renta fija (80%), y cuya principal consecuencia es la de obtener recurrentemente una elevada y estable rentabilidad (a mayor duración del activo mayor rentabilidad) aun en épocas de bajadas de tipos en los mercados financieros y soportando además un reducido riesgo de reinversión, liquidez e impago de las contrapartes o emisores.

La Mutualidad apuesta por una estrategia de inversión a muy largo plazo compuesta en su mayor parte por renta fija (80%)

Sin embargo, la Mutualidad también deberá prever situaciones de estrés originadas tanto por los mercados financieros (caída del valor de mercado, bajos tipos de interés, etc.) como por el propio comportamiento de los mutualistas (rescates, movilizaciones, etc.). Por este motivo la cartera de la Mutualidad, pese a estar compuesta principalmente por renta fija, se diversifica con otros activos que, por su volatilidad o iliquidez, son menos propios del negocio de seguros de vida a largo plazo (renta variable e inmuebles), pero que en su conjunto se consigue que, con una gestión activa, estas posibles desviaciones queden controladas y mitigadas.

Concluimos por tanto que, mediante estas técnicas ALM, la Mutualidad consigue optimizar un marco de gestión global para la adecuada toma de decisiones estratégicas y de inversión conforme a la estructura temporal de los flujos de pago estimados.

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