Dicen que San Valentín puso su vida en juego al ayudar a las parejas a contraer matrimonio antes de ser martirizado en la Roma del siglo II. El emperador Claudio II había restringido el matrimonio al considerar que los hombres jóvenes sin hijos eran mejores guerreros, una injusticia a ojos del santo. Lo que no sabemos es si, antes de oficiar, se había interesado por la compatibilidad financiera de los esposados. Y es que las dificultades económicas son la cuarta razón de divorcio en España. Así se afirma en el Observatorio del Derecho de Familia de Abogados de Familia, dónde se recurre al refranero para explicar la complejidad de sortear estas situaciones: cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana.
El estudio de la Asociación Española de Abogados de Familia (Aeafa) se realizó tras la consulta a 3.000 de asociados. En el informe sobre las causas de divorcio publicado en 2022 figura, como primera razón, “el desgaste, alejamiento y la falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo”. Un punto que también invita a la reflexión desde el punto de vista financiero: ¿entre los enamorados es de mal gusto hablar de dinero?.
Hablar de dinero no es tabú
Resulta paradójico que viviendo en una sociedad que entroniza el dinero, resulte tan complicado hablar de él. Un tabú que se recomienda vencer cuando nos preparamos para vivir en pareja: ambos deben opinar sobre el dinero, la forma en que le gusta emplearlo o invertirlo, su concepción sobre el ahorro y cómo le gustaría emplearlo en el futuro.
Sin embargo, no es fácil. Desde la psicología se habla del temor a traspasar los límites de la intimidad, el miedo a la comparación o a la vergüenza como activadores del silencio. Incomunicación que, como hemos visto, termina pasando factura.
¿Sabes qué piensa tu pareja sobre el dinero?
Desde el programa Finanzas para Todos, se propone un Test de compatibilidad financiera, cuyas preguntas pueden servir para evaluar el estado de situación.
Los 11 puntos que plantean desde esta iniciativa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Banco de España y Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, sirven para valorar el conocimiento que en materia financiera tenemos de nuestra media naranja:
- Tenemos buena formación financiera los dos.
- Conocemos nuestras actitudes individuales con respecto al dinero y hábitos de gasto, y no suponen ningún problema.
- Hemos hablado de nuestros objetivos financieros a corto y largo plazo.
- Tenemos un plan para estructurar nuestras finanzas en pareja.
- Sabemos las repercusiones fiscales que tendrá formalizar nuestra unión.
- Sabemos cómo vamos a repartir las responsabilidades financieras viviendo juntos.
- Sabemos elaborar y seguir un presupuesto familiar y entendemos la importancia del mismo.
- Conozco la personalidad inversora y el perfil de riesgo de mi pareja.
- Conozco las deudas que tiene mi pareja.
- Tenemos costumbre de hablar abiertamente sobre el dinero.
Cómo entablar la conversación
Letradas y letrados de España, tras responder al test, ya podéis hacer un balance de situación sobre una materia vital en vuestra relación, porque si el dinero mueve el mundo, también puede paralizar vuestro amor.
Joyce Marter es una psicoterapeuta norteamericana especializada en psicología del dinero. En un reciente artículo publicado en Psychology Today, ofrece algunas claves sobre “cómo hablar de dinero con tu pareja”.
El objetivo es establecer una sana rutina basada en la transparencia y naturalidad.
Cita financiera
Marter propone pactar una noche en la que la pareja va a tratar estos temas. Se trata de una cita mensual en la que ambos están mentalizados y preparados para abordar la conversación.
Frente al plato favorito es más fácil discutir sobre si se está viviendo acorde al presupuesto real o no, planificar decisiones de ahorro y jubilación, y revisar los objetivos en el medio y largo plazo. Es el momento además de comprobar que los miembros de la pareja están satisfechos con la relación en esta materia o consideran necesario proponer algún cambio.
Entender a la otra parte
No somos conscientes de hasta qué punto nuestra educación familiar marca la relación con el dinero. Lo que aprendimos y vimos en la infancia condiciona en buena (o mala) manera nuestra actitud financiera, que no tiene por qué ser compartida por los valores de nuestro o nuestra crush.
Razón por la que Marter pide empatía por las dos partes para respetar esa peculiaridad. Se trata de demostrar disposición de escucha y, más allá, capacidad de aprendizaje. Una actitud desde la que es más sencillo alcanzar decisiones comunes o de consenso.
Comunicar desde la asertividad
Compartir una visión, también un temor o un plan, no implica contarlo todo. En la relación en pareja también hay espacio para la intimidad, y lo mismo ocurre en cuestiones de dinero, por eso es importante mantener una actitud asertiva, hablando en primera persona: ‘yo pienso que…’ mucho mejor que “lo que tú haces es…’.
Se trata de expresar los sentimientos que se esté dispuesto a compartir de forma clara, y siempre desde el respeto, el de la pareja y el propio.
Ir paso a paso
Uno de los problemas comunes es la dificultad para avanzar a velocidad sincronizada. El tiempo en la toma de decisiones para uno, puede resultar abrumador para el otro.
“En mi práctica, he visto que cuando uno de los miembros de la pareja tiene conocimientos financieros y el otro no”, señala Marter, “lleva a un desequilibrio de poder y control en las relaciones que puede generar resentimiento, mala comunicación y una falta de sentimiento de equipo frente a una misión común”.
Su recomendación es formarse juntos, compartir lectura, acudir juntos a la entidad financiera o al asesor financiero: “Esto no solo ayuda a sentirse más seguros sobre asuntos de dinero, sino también más cómodos hablando con tu pareja sobre finanzas”.
