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1 septiembre 2016

Enrique Sanz Fernández-Lomana, presidente de la Mutualidad de la Abogacía

El nuevo presidente, elegido por unanimidad por la Junta de Gobierno el pasado 13 de julio, asume el relevo de Luis de Angulo con un proyecto basado en la continuidad de una entidad a la que conoce muy bien, ya que pertenece a su Junta de Gobierno como vocal desde 2006 y ha presidido la Comisión de Auditoría Interna durante los tres últimos años.

“Siento una gran responsabilidad porque de nuestra gestión dependen las pensiones y el futuro de nuestros mutualistas”

Su labor desempeñada como tesorero del Consejo General de la Abogacía Española desde 2010 hasta la actualidad le coloca en una posición estratégica para gestionar la Mutualidad. Es miembro de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de Valladolid y está en posesión de la Gran Cruz al Mérito en el Servicio a la Abogacía y de la Cruz de San Raimundo de Peñafort.

Tras 21 años toma el relevo del anterior presidente, Luis de Angulo. ¿Qué supone para usted la responsabilidad de representar a casi 200.000 mutualistas?

Desde un planteamiento personal, una gran satisfacción, que se ve reforzada por la circunstancia de haber recibido la confianza unánime de los compañeros de la Junta de Gobierno. Pero, como usted apunta en su pregunta, siento una gran responsabilidad, pues la Mutualidad administra la previsión social de miles de abogados, ya sea alternativa al sistema público o complementaria, y de nuestra gestión dependen las pensiones y, en consecuencia, el futuro de nuestros mutualistas.

¿Cuáles son los pilares básicos de su programa de trabajo futuro para mantener a la Mutualidad en la posición de liderazgo en la que se encuentra dentro del sector?

La Mutualidad se encuentra entre las diez primeras entidades aseguradoras de vida, tanto por ahorro gestionado como por provisiones técnicas, y es líder en la rentabilidad ofrecida a los mutualistas en los diez últimos años. Con estos antecedentes no habría que alterar la línea de trabajo que nos ha permitido llegar a tan altas cotas. Ahora bien, las circunstancias no van a ser las mismas y tendremos que adaptarnos a la actual coyuntura de bajos tipos de interés que nos obligará a revisar nuestros objetivos de rentabilidad para los próximos años, donde procuraremos continuar manteniendo una posición de liderazgo, pero adaptándonos a las circunstancias del mercado. Por ello, siendo importante, considero que no debe preocuparnos tanto el mantenimiento de posiciones de liderazgo sustentadas en un desarrollo generalizado, en los términos que hemos conseguido en los últimos años, como un crecimiento selectivo soportado en el incremento de las aportaciones a los planes de previsión social, ya sea alternativa o complementaria, manteniendo los niveles de solvencia que se han evidenciado muy satisfactorios, y a estos objetivos tendremos que dirigir nuestras políticas.

Es una gran satisfacción haber recibido la confianza unánime de los compañeros de la Junta de Gobierno

¿Habrá cambios en las líneas estratégicas de gestión de la Mutualidad?

Los objetivos estratégicos de la Mutualidad los marca la Junta de Gobierno, y son sancionados por la Asamblea General que se celebra anualmente. En este sentido, el cambio de presidente, máxime cuando yo he formado parte del Órgano de Gobierno en los últimos nueve años, no tiene por qué afectar a las líneas básicas de actuación de la entidad. Por ello, como le decía, los cambios que puedan producirse en el futuro estarán vinculados a las circunstancias de los mercados financieros e inmobiliarios, que marcarán el rumbo de nuestras inversiones y, en definitiva, las expectativas de rentabilidad para los mutualistas.

En esta línea, ¿qué ofrecerá la Mutualidad al abogado del futuro, al joven, para que cuando llegue su momento de jubilación tenga estabilidad y rentabilidad en sus ahorros?

La solvencia de la Mutualidad está fuera de toda duda, en un ratio del 269 % bajo los parámetros de Solvencia II, y ello es el resultado de una acertada estrategia de inversiones, pero también de una rigurosa voluntad de fortalecimiento de los fondos propios de la entidad. A esto sin duda ha contribuido decididamente nuestra política de gran austeridad en el gasto, que se ha reducido a 30 de junio pasado a un ratio del 0,23 %. Además, la rentabilidad ofrecida a los mutualistas en los últimos diez años está situada entre las más altas ofrecidas por el sector. Creo que son credenciales suficientes para que cualquier joven abogado que opte por la Mutualidad como sistema de previsión social tenga confianza suficiente en que, en el momento de su jubilación, percibirá el ahorro generado durante su vida laboral con la rentabilidad obtenida durante todo este periodo, en cualquiera de las soluciones ofrecidas por nuestro Plan Universal.

Y es que volvemos a oír insistentemente que la denominada “hucha de las pensiones” se acaba. ¿Qué recomendaciones hace? ¿La solución está en el ahorro complementario?

El problema no está tanto en la reducción del Fondo de Reserva de las pensiones —que se constituyó precisamente para paliar situaciones de necesidad como las que se han generado en los últimos años, derivadas del déficit presupuestario de la Seguridad Social—, como en la debilidad del sistema público de pensiones, que en los términos en que está configurado actualmente se ha demostrado insostenible. Sean cuales sean las medidas que se propongan en el Pacto de Toledo para solventar la situación financiera de la Seguridad Social, solo potenciando la previsión complementaría, en la medida de las posibilidades de cada trabajador, podrán estos disponer de unos ingresos dignos al término de su vida activa.

En este aspecto la Mutualidad ofrece una de sus más relevantes fortalezas, pues los mutualistas en el momento de su jubilación dispondrán de la totalidad de sus ahorros, es decir, todas sus aportaciones incrementadas en la rentabilidad obtenida desde el inicio, como corresponde a un sistema de capitalización individual, frente al sistema público de reparto. Ello, además, es plenamente compatible con las acciones de solidaridad que la Mutualidad de la Abogacía desarrolla a través de su Fundación, con las cuales se trata de paliar las situaciones de necesidad de nuestros mutualistas.

Desde el inicio de su vida profesional, [los mutualistas] deben organizar su futuro para dotarse de una previsión social acorde con los ingresos que perciban en cada momento

Igual que le preguntamos al anterior presidente en su última entrevista, queremos pedirle a usted que nos dé tres razones por las que merece la pena ser mutualista.

La primera razón ya se la apuntaba al contestar a la pregunta anterior: sostenibilidad y seguridad. El mutualista, desde que opta por la Mutualidad, es el titular de todas las aportaciones que realice a lo largo de su vida activa, incrementadas con la rentabilidad conseguida.

También la versatilidad, pues puede diseñar su previsión social con gran flexibilidad, en la forma que considere más adecuada a sus necesidades futuras y en función de sus posibilidades económicas en cada momento. Al llegar a la jubilación, el mutualista podrá disfrutar de su capital convirtiéndolo en una pensión, disponiendo de él total o parcialmente, o manteniéndolo en la Mutualidad para percibir sus intereses.

Y finalmente, la compatibilidad, pues en la Mutualidad la jubilación es totalmente compatible con la continuidad en el ejercicio profesional y con la percepción de otras pensiones públicas a las que tenga derecho por otras actividades.

Podría darle otras muchas razones, pero me constreñiré al contenido de su pregunta…

¿Cómo se podrían reforzar las relaciones de colaboración de la Mutualidad con el Consejo General de la Abogacía Española y el resto de Colegios de Abogados?

La Mutualidad tiene una fluida relación tanto con los colegios de abogados como con el Consejo General o los autonómicos ­—como no podía ser de otra forma, pues todos ellos tienen la condición estatutaria de protectores de la entidad—, articulada a través de convenios de colaboración. No obstante, es voluntad de la Junta de Gobierno potenciar en lo posible esta colaboración, como vehículo de acercamiento a los mutualistas, pero también para aunar esfuerzos con todas estas instituciones para incrementar la cultura del ahorro entre los abogados.

Hay que aunar esfuerzos con todas las instituciones de la Abogacía para incrementar la cultura del ahorro entre los abogados

¿Qué mensaje enviaría a los mutualistas como máximo representante de la institución?

La conveniencia o, más bien, la necesidad de que, desde el inicio de su vida profesional, dediquen cuantos esfuerzos puedan a organizar su futuro y a dotarse de una previsión social acorde con los ingresos que perciban en cada momento.

De cerca

¿Cuál es su película favorita o con qué género cinematográfico disfruta más?

Tengo muy buen recuerdo de Intocable.

¿Cuál ha sido el último libro que ha leído?

El hombre que amaba a los perros, que ha sido mi lectura principal durante estas vacaciones.

¿En qué lugar del mundo desaparecería en unas vacaciones ideales?

En cualquier sitio acompañado de familia o amigos. Por ejemplo, las vacaciones de este año en Cantabria en una zona en la que disfruto especialmente.

¿Tiene alguna afición a la que dedica parte de su tiempo libre?

Cada vez dispongo de menos tiempo libre, pero todos los días dedico algún rato a la lectura y cuando tengo de algo más de tiempo, a la cocina.

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