Enséñales el concepto real del dinero
A veces nos hartamos de que los niños y adolescentes nos pidan cosas. Nos enfadamos con ellos, nos parecen egoístas e incapaces de entender el trabajo que supone ganar dinero. Y estamos en lo cierto: es normal que los niños deseen cosas, pero también lo es que no comprendan el valor del dinero. Nosotros tenemos que enseñarles su valor, lo que cuesta ganarlo y cómo administrarlo.
Tenemos que involucrarles en los gastos y compras de la casa de manera natural: comentándoles cosas que deseamos y no podemos comprar, o el presupuesto de las vacaciones, por el cual podemos ir a un sitio y no a otro. Otra opción es salir a recorrer o conocer un lugar y no necesariamente a comprar…
Enséñales a usar el dinero…
… tan pronto como aprendan a contar. A medida que crezcan, déjales que ahorren y aprendan a gastar su dinero. Ello significa acompañarles en sus decisiones, pero sin decidir por ellos, pues equivocándose se aprende. Así les estarás ayudando a comprender la diferencia entre necesidad, ganas y deseos. Es un entrenamiento para ser consumidores responsables en el futuro.
Usa las compras habituales para enseñarles el valor del dinero. Muéstrales cómo planificar compras con anticipación, haciendo una lista de las necesidades, evitando el derroche y comparando precios.
Decir “no” y pasar tiempo de calidad
El “no” enseña más de lo que creemos. Un niño no es más feliz porque tenga todo lo que desee; así solo conseguiremos que no valore nada ni disfrute de las cosas. No cedas a sus lloros, ofensas, caras… La lista no se acabará nunca.
El colmar de cosas muchas veces viene relacionado con el sentimiento de culpabilidad por nuestra falta de tiempo con ellos. Recibir regalos no significa obtener cariño, y los niños están aprendiendo lo contrario. Si tienes poco tiempo para estar con tus hijos, intenta que sea tiempo de calidad.
Sé un consumidor responsable
O, lo que es lo mismo, predicar con el ejemplo siendo coherentes con nuestro comportamiento. No podemos hablar de lo mal que estamos de dinero cuando nos piden algo y luego comprar una televisión gigante a plazos.
Ser responsables implica no tirar las cosas antes de viejas, darles una segunda vida con el reciclaje; enseñarles a ahorrar recursos como la luz y el agua; donar la ropa o las cosas en buen estado junto a ellos, para que comprendan el valor que aún tienen para otros; no hacer compras compulsivas, sino meditadas y planificadas; conocer y apoyar el comercio sostenible y justo, etc.
Publicidad, marcas y presión del grupo
Por un lado, tenemos que enseñarles a mirar de forma crítica los anuncios y comentar con ellos la publicidad: ¿qué buscan?, ¿por qué no tenemos que ceder a comprar cosas de forma inmediata, ni siquiera si tenemos el dinero para hacerlo? Tenemos que ser imaginativos, con ejemplos sencillos y comprensibles para que desarrollen poco a poco su espíritu crítico.
Por otro lado, hay que explicarles que no deben dejarse llevar por las marcas. Un truco: ante un producto de marca de precio disparatado que deseen, que paguen ellos de sus ahorros la diferencia con otro que no es de marca. También tienen que aprender a decir “no” a la presión de su pandilla y no sentirse infelices por no tener lo que tienen otros. No es fácil, pero lo lograremos incentivándoles desde pequeños a que expresen sus opiniones y se sientan escuchados.
