“Cuidado con los pequeños gastos, un pequeño agujero hunde un barco”. Estas sabias palabras de Benjamin Franklin encajan a la perfección en el concepto de “gastos hormiga”.
Estos insectos recolectan poco a poco sus alimentos y los almacenan en el hormiguero. El resultado final es un botín capaz de abastecer a las miles de hormigas de su colonia. Lo mismo sucede con ese pequeño goteo de gastos aparentemente superfluos del día a día que, al final, suman miles de euros a nuestro presupuesto e, incluso, pueden ponerlo en peligro.
¿Cuáles son los gastos hormiga?
Si aún no los identificas, no te preocupes, es muy sencillo. Estos son algunos de ellos:
- Pequeños gastos del día a día: café, snacks, agua, lotería o tabaco, entre otros.
- Servicios: revisa los que tienes contratados y si es posible abaratar sus tarifas o pregúntate si realmente son necesarios o les das uso, como en telefonía e internet, comisiones bancarias, servicios de streaming de vídeo o música, cable, etc.
- Transporte: gasolina, estacionamientos, parquímetros… Si vives en una gran ciudad, ponte a hacer cuentas y verás cómo te compensa utilizar transporte público, bicicleta, patinete u otros medios alternativos como compartir coche.
- Comer fuera: esta es una partida que, si lo hacemos a diario, supone una parte abultada del presupuesto; si dedicas un día a la semana a preparar la comida y llevarte una fiambrera, lo notarás en tu bolsillo.
- Compras compulsivas: hazte la pregunta, ¿realmente lo necesito? Muchas de las cosas que compramos no son necesarias. Lleva un registro de todos tus gastos y haz una lista de lo que necesitas antes de comprar, eso evitará que sientas la tentación.
- Gimnasio: este es un clásico; puede que seas de esos que pagan su cuota cada mes con la promesa de “mañana empiezo sin falta”. ¿De verdad?
Ya los conoces… ¡Ahora toca controlarlos!
Una vez detectados tus gastos hormiga, llega la hora de que los pongas a raya. Sigue estos cuatro pasos y lo conseguirás:
- Elabora un presupuesto: esto es algo en lo que insistimos mucho en este blog, ya que es la forma no solo de conocer lo que ingresamos y nuestra capacidad de gasto, sino también de ser conscientes de nuestra situación financiera y así ganar en libertad de acción.
- Asignación mensual: controlar tus gastos hormiga no significa privarte de todo, sino de ser capaz de elegir. Lo mejor es asignar una cantidad mensual para estos pequeños gastos y respetarla.
- Evita el efectivo: llevar dinero en la cartera hace más fácil gastarlo sin tomar conciencia de ello. Ahora bien, también tienes que cuidar tus tarjetas de crédito que, al no pagarse en el momento, a veces se usan con demasiada facilidad.
- Registra tus gastos: sé minucioso en este sentido, apunta todo lo que gastes; existen muchos métodos para hacerlo, desde el tradicional cuaderno de gastos a las plantillas en el ordenador o a apps que te pueden ayudar.