Ya nadie lo cuestiona: la economía social es una realidad que representa el 10 % del PIB de España, el 8 % de la Unión Europea y el 7 % a escala mundial. Ahora, el nuevo informe de CEPES, La contribución de la economía social española a los ODS. IV Informe sobre la experiencia de las empresas de economía social en la cooperación al desarrollo 2017-2019, pone de manifiesto cómo las actividades y proyectos de las empresas y organizaciones de economía social están contribuyendo de manera efectiva y comprometida a conseguir los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) no solo de su entorno más cercano, sino también a otros a los que traslada sus valores de solidaridad y de acción empresarial responsable.
Tres ejemplos entre miles
Día a día la asociación Adepsi trabaja para la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad en Canarias. Entre sus servicios destaca la Agencia de Colocación, gratuita y dirigida a promover la incorporación de estas personas al mercado laboral (ODS 8). Es solo un ejemplo de la economía social como actor de generación de empleo digno.
Por su parte, el ámbito educativo es uno en los que la economía social española tiene un especial valor añadido. Como muestra existe la Unión Española de Cooperativas de Enseñanza (UECoE), un movimiento empresarial que agrupa a 600 cooperativas de enseñanza y que contribuye a la formación de más de 277.000 alumnos y 175.000 familias (ODS 4).
Por supuesto, la efectiva equidad de género (ODS 5) está muy presente en los 210.000 empleos directos que generan las 17.000 cooperativas de trabajo en España. En ellas, las mujeres representan el 54 % del total de sus plantillas, que presentan ratios superiores a otras fórmulas empresariales en temas como la conciliación de la vida laboral y familiar, la práctica inexistencia de brecha salarial y el acceso a puestos de
dirección (las mujeres alcanzan el 54 % en los puestos de dirección y responsabilidad).
A la vanguardia
Los anteriores son solo tres ejemplos concretos de los muchos citados por el informe para poner de relieve que la economía social está “a la vanguardia” de la Agenda 2030.
Este tejido empresarial de la economía social está comprometido especialmente con los ODS relacionados con el empleo decente y el crecimiento económico inclusivo y sostenible (ODS 8), la educación de calidad inclusiva y equitativa (ODS 4) y la igualdad de género (ODS 5).
Además, destaca su compromiso con las pautas de consumo y de producción sostenible (ODS 12), la lucha contra el cambio climático (ODS 13) y el compromiso con la vida saludable y el bienestar para todos (ODS 3).
Traspasar fronteras
El informe desvela la capacidad de este tipo de empresas para transformar económica y socialmente con su actividad los territorios donde se asientan. Pero, además, su compromiso con la solidaridad va más allá, y hacen que esta vocación transformadora se extienda a terceros países con bajos niveles de desarrollo, a través de la puesta en marcha de proyectos de cooperación al desarrollo u otros dirigidos a la internacionalización empresarial.
Estos proyectos de solidaridad internacional tienen un impacto en un desarrollo sostenible y contribuyen al cumplimiento de la Agenda 2030 a escala global. En concreto, en los últimos veinte años, CEPES y 26 organizaciones de economía social, que forman parte o que conformaron en su momento su tejido asociativo, han ejecutado 160 proyectos y programas de cooperación en 46 países que, desde 2014, han mejorado las condiciones de vida de al menos 210.000 personas y
27.000 familias, con una aportación de 73,6 millones de euros entre 1998 y 2018 (las organizaciones de economía social han cofinanciado el 22 %, es decir, han aportado 6,1 millones).