Cinco errores de ahorrador e inversor que debes evitar a los 40, 50 y más de 60 años

La cultura del ahorro debe acompañarnos toda nuestra vida, pero adaptándose a las necesidades de cada etapa. Celebramos el Día Internacional de la Persona de Edad identificando los errores más comunes en el ahorro de cada década.

 

Cada 1 de octubre, Naciones Unidas recuerda al mundo la importancia de desafiar a los estereotipos asociados a la edad y de apoyar a la persona mayor (#Soy Senior) para mantener su independencia durante el mayor tiempo posible. En el Día Internacional de la Persona de Edad, Mutualidad de la Abogacía reivindica la importancia de la cultura del ahorro para que el mayor continúe siendo dueño de sus decisiones.

El ahorro es sinónimo de libertad. La persona ahorradora dispone de una importante salvaguarda para enfrentar situaciones no deseadas, accidentes vitales que cambian a medida que se van cumpliendo años. Pero la planificación financiera no solo sirve para protegernos frente a la pérdida del trabajo o la enfermedad, también para alcanzar metas como una vivienda confortable, seguir formándonos o conocer mundo.

La cultura financiera ayuda así a mantener ese difícil equilibrio que al funambulista le permite caminar por el alambre para alcanzar su objetivo. Pero el buen funambulista sabe de la importancia de no dar un paso en falso en todo su recorrido. Y el ahorrador debe evitar también caer en esos deslices.

 

Errores en el ahorro e inversión a evitar a los 40 años

Entrados los 40, ya no hay marcha atrás. Aunque lo ideal es que el ahorrador empiece a construir su futuro financiero en la anterior década, cumplidos los 40 hay que asegurarse de que las decisiones son las acertadas.

Si ya has entrado en esta etapa vital o frisas esa edad, es probable que tus vías de ingreso hayan crecido y/o estabilizado. Pero sea así o aún te muevas en la incertidumbre, te interesa reflexionar sobre estos cinco errores tan comunes como la vida misma:

 

1. Desequilibrio entre ingresos, gastos e inversiones

En esta etapa muchos individuos y parejas asumen algunas de las inversiones más costosas de su vida, como es la vivienda definitiva, la compra del vehículo familiar o el amueblamiento de la cocina.

Sin duda se trata de decisiones importantes, pero que deben asumirse desde el realismo que marca la contabilidad familiar de ingresos y gastos. Previendo, la situación no siempre mejora con el paso de los años, ya que la familia crece multiplicando las necesidades o se pueden producir baches laborales.

2. Alto endeudamiento

No has pagado la primera casa, y ya estás mirando un apartamento en la playa. O quizás planeas mudarte a un chalé junto a la urbanización de tu jefe. Si es así no se debe olvidar que una nueva vivienda está asociada a una correspondiente hipoteca, cuotas mensuales y pago de intereses, costes que de nuevo hay que poner en la balanza para que no impidan avanzar hacia una estructura de ahorro que realmente dé estabilidad en el tiempo.

Es vital que la unidad familiar no asuma un endeudamiento superior al 35% sobre los ingresos. Y para quienes tienen cierta inestabilidad en el flujo de ingresos, nunca deberían sobrepasar el 20%.

3. Fiarse del cuñado para invertir

A los 40 muchas personas siguen manteniendo unas altas expectativas económicas. Es habitual que se valore invertir para lograr una fuente de ingresos alternativa a la laboral, algo que puede ser muy conveniente siempre que no implique un gran endeudamiento inicial.

Sin embargo, no hay que caer presa de los cantos de sirena. Invertir en esos terrenos que pronto serán urbanizables en el pueblo de tu cuñado, comprar una franquicia para la que no se tiene tiempo de gestionar, o invertir en la startup del sobrino implican un riesgo solo asumible cuando la estabilidad financiera personal no peligra.

4. El ahorro puede esperar 

Otros muchos cuarentones siempre tienen una excusa para posponer su plan de ahorro. Un mes porque hay que cambiar de móvil, otro porque es Navidad y otro más porque se va de vacaciones, nunca llega el momento de alimentar los ahorros porque nunca se asumió una rutina sistemática. Todo empieza por disponer de una cuenta exclusiva de ahorro  e ingresar la cantidad estipulada al comienzo de mes.

5. No poner los ahorros a trabajar

Acumular el ahorro en la cuenta del banco donde no ofrecen mayor rendimiento que la tranquilidad de saber que están ahí, es otra de las decisiones comunes y menos productivas.

 

Como ahorrar durante los 40

Tranquilo, aún tienes tiempo para disfrutar de las ventajas de una buena cultura financiera. Si estás en tu cuarentena pueden servirte de inspiración las siguientes recomendaciones:

  • Ahorra una cantidad mensual. Solo o en pareja, siéntate a hacer cuentas, probablemente es más sencillo de lo que piensas conseguir ahorrar el 20% de los ingresos. Si no lo ves factible, opta por reservar un 10% o una cantidad fija al mes o al año, por ejemplo, las pagas extras y/o los incentivos.
  • Alcanza tu libertad financiera. Una de las grandes ventajas del ahorro es lograr que frente a una situación de pérdida de trabajo, dispongas de una cantidad suficiente para vivir dos años sin ingresos adicionales. Un colchón temporal y económico para poner en marcha un proyecto empresarial propio o formarse con tranquilidad.
  • Marca un objetivo de ahorro. Todo es más fácil cuando se sabe qué destino va a tener el ahorro. En lugar de endeudarte más de la cuenta dando la vuelta al mundo, puedes contratar productos financieros que incentiven el control del gasto como Ahorro Flexible de Mutualidad Abogacía.
  • Planificar tu jubilación. Con 40 años es el momento idóneo para valorar un plan de jubilación que garantice unos ingresos complementarios a la pensión. Despréndete de prejuicios, y piensa en el futuro.
  • Confía en un asesor. Ponerse en manos de un profesional, siempre es una buena idea para rentabilizar tus ahorros con decisiones acordes a tu bolsillo y perfil inversor. También te ayudará a vencer esa tendencia de todo inversor novel de buscar rentabilidades en el corto plazo, la década de los 30 quedó atrás.

 

 

Errores en el ahorro e inversión a evitar a los 50 años

La de los 50 es la década de las grandes decisiones. Muchas personas y familias alcanzan en estos años su techo de ingresos, por eso es más importante que nunca planificar y pasar a la acción.

Un plan que no debería caer en errores como:

1. No haber tomado decisiones sobre la jubilación

Es curioso, la jubilación ocupa cada vez más horas de charla con tus amigos, pero aún no has movido un dedo para abordar esa etapa en las mejores condiciones posibles.

Hay que tener en cuenta que ya no se dispone de mucho más de 17 años para trabajar en el plan de jubilación, por lo que la decisión ha entrado en un punto de no retorno: la demora puede suponer la renuncia definitiva a contar con unos ingresos complementarios mensuales cuando se deje de tener nómina. Descubre en este vídeo cómo el abogado Miguel Vela ha planificado su jubilación.

2. No generar ingresos pasivos

Aunque haya existido y exista capacidad financiera para buscar inversiones que generen ingresos pasivos, por desconocimiento o miedo, muchas personas descartan esta posibilidad.

Por ingresos pasivos se entienden esos compatibles con los ingresos ordinarios por trabajo porque no exigen de una especial dedicación, desde los rendimiento de los fondos de inversiones a participaciones en empresas o el alquiler por un local comercial.

3. Abusar de los gastos hormiga

La tentación es grande, hemos entrado en una etapa de mayor estabilidad financiera y no apetece apretarse el cinturón. Cenas con amigos, taxis al trabajo a diario, escapadas de fin de semana, cenas los jueves… Por separado no ponen en riesgo tus finanzas, pero en conjunto a lo largo del año sí puede lastrar tu capacidad de ahorro. Valora tu situación personal sabiendo que es un tipo de gasto fácil de controlar.

4. Falta de previsión en los gastos de los hijos

Con la hipoteca de la vivienda a punto de vencer y pagado en efectivo el último vehículo, durante los 50 se puede olvidar que la familia aún tiene fuertes inversiones que afrontar.

En la planificación financiera no se puede obviar que probablemente uno o varios hijos se encuentran en su etapa de estudios. Sean universitarios o no, hay que cubrir gastos de matrícula, de materiales, posibles estancias en otras ciudades o en el extranjero y los estudios de postgrado. El montante total por esta razón o los gastos derivados de los padres, pueden ser lo suficientemente importantes como para lastrar la capacidad de ahorro en una década vital, de ahí la importancia de la planificación.

5. No diversificar la cartera de inversión

Una de las situaciones a las que lleva la falta de asesoramiento de un inversor es concentrar el riesgo en un tipo de producto financiero. En la medida en que aumenta la capacidad de ahorro e inversión conviene no jugársela a una o dos cartas, una cartera será mucho más segura cuando a los fondos de inversión se le añade diferentes tipologías de inmuebles, inversiones en materias primas y participaciones en empresas.

 

Como ahorrar durante los 50

  • Cómo se llama tu asesor. Ni tu profesora de tenis, ni tu psicólogo pueden acompañar con conocimiento de causa tus decisiones de inversión. Confía en un profesional para hacer una buena lectura de posibilidades e ir reduciendo poco a poco tu exposición al riesgo: cumplidos los 50 la renta fija debe tener un peso mínimo del 50%.
  • Contrata un plan de jubilación ya. Última llamada para contratar tu plan de pensiones. Si eres un profesional puedes confiar en cualquiera de las soluciones para ahorro-jubilación de Mutualidad de la Abogacía, con las mejores ventajas fiscales del mercado.
  • Diversificar geográficamente. Invertir en deuda española y empresas del Ibex 35 no es diversificar el riesgo. Los inversores que confían en la renta fija y variable para rentabilizar sus ahorros, deben pensar que por encima de unas cantidades hay que buscar la diversidad geográfica para poder sortear una crisis local o tener mayor tiempo de respuesta frente a una de carácter.

 

 

Errores en el ahorro e inversión a evitar a los 60 años

El final de la vida laboral ya se divisa en el horizonte por una mayoría de personas. Son años en los que se aconseja mantener un perfil inversor prudente y una buena definición de prioridades. Dos puntos básicos para no incurrir en los errores más comunes del ahorrador e inversor cumplidos los 60.

1. Exceso de celo en el apoyo a los hijos

La misión del progenitor es dotar a su descendencia de herramientas suficientes para que pueda desarrollarse personal, social y profesionalmente con independencia. Este objetivo implica sobre todo cuidados y un decidido apoyo en su proceso de formación, pero no rehipotecar la vivienda para que viva en la última promoción de casas pasivas de la ciudad.

Madres y padres deben diferenciar entre los fondos que con esfuerzo y previsión han ahorrado para garantizarse una vejez tranquila y aquellos recursos ‘prescindibles’. Hay que ser consciente de que en muchos casos hay una imposibilidad real para recuperar ese capital, por lo que hay que evitar situaciones como la rehipoteca o estar obsesionado por el legado de los hijos.

2. Miedo al cambio

¿Vives en la casa que realmente necesitas tras la marcha de tus hijos?, ¿te niegas a alquilar la casa del pueblo aunque hace años que no la visitas?, ¿tu plan de pensiones sigue acumulando pérdidas pero te resistes a tomar una decisión?…

El sentimentalismo es un mal consejero del ahorrador. Pasados los 60 hay que seguir manteniendo la cabeza fría para tomar decisiones sin tener miedo al cambio.

3. Rescatar el plan de pensiones sin medir su coste real

Llegada la jubilación, muchos de los que destinaron parte de sus ahorros a construir un plan de pensiones deben optar por cobrar una cantidad periódica o rescatar todo el capital de golpe. No es una decisión fácil, pero siempre hay que tomarla con la calculadora en mano y teniendo muy en cuenta su coste fiscal. Además hay que recordar que el español disfruta de una larga longevidad y que nadie ni nada obliga a tomar la decisión nada más jubilarse.

4. Pensar que ya no hay tiempo                                                                   

Con una esperanza de vida para las mujeres de 85,1 años y de 79,6 para los hombres (INE 2020), ¿de verdad piensas que ya no hay tiempo para seguir tomando decisiones?

Es un error asumir la postura de que todo está hecho, cuando se llega a la jubilación la familia debe reajustar sus hábitos financieros a una nueva situación, pero conservando las mejores prácticas de todo lo aprendido hasta ese momento y, por supuesto, la motivación.

5. No prever situaciones indeseadas 

Aunque la firma del testamento es importante en cualquier etapa de la vida, por razones obvias, lo es más cuando envejecemos. Contar con este documento es una protección importante para los herederos, pero también para el titular, ya que permite la distribución deseada del patrimonio entre hijos, familia e incluso amigos o instituciones.

Pero al margen de la defunción, también hay que prever otras situaciones como el deterioro cognitivo. Es aquí donde el poder notarial, en sus diferentes modalidades, puede servir para que un hijo, hermano o abogado tome decisiones cuando uno no puede hacerlo.

 

Cómo ahorrar a partir de los 60

  • Comparte la situación financiera con tus hijos. El dinero sigue siendo en muchas familias un tema tabú. Esta falta de transparencia genera incomprensiones y tensiones en muchas familias, por eso resulta tan sano sentarse para tratar el tema en familia, explicar y escuchar. Aunque la decisión siempre sea del interesado, puede resultar muy provechoso conocer la opinión de personas más jóvenes y más cercanas a la realidad de los productos de inversión actuales.
  • Posiciones más defensivas. A medida que cumplimos años tenemos menos tiempo para recuperar la pérdida de patrimonio, por lo que al ahorrador e inversor sénior debe protegerlo. Por ejemplo, pasados los 65 años se recomienda ponderar la renta fija por encima del 75% y buscar en el 25% restantes esas rentabilidades más sustanciosas. También para disfrutar de una jubilación sin sobresaltos, invertir tus ahorros en soluciones como la Renta Vitalicia Remunerada.
  • Hay que seguir aprendiendo. Es importante mantener abiertos los canales de información para conocer qué nuevas posibilidades ofrece el mercado, para lo que vuelve a ser importante contar con el asesoramiento de un profesional.

 

 

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