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27 noviembre 2020

Ahorro de precaución y ahorro de previsión. El camino que nos espera

No es lo mismo pensar en qué vas a comer hoy sabiendo lo que ya hay en la nevera que planificar la compra mensual en función de lo que crees que vas a consumir durante los próximos 30 días. En el primer caso pensamos en el día a día, pero en el segundo nos proyectamos a futuro y especulamos sobre lo que vamos a necesitar. Pues lo mismo sucede con el ahorro a corto y a largo plazo, que uno es precautorio y otro previsional.

Por Leonor Carnicer.

La pandemia que estamos sufriendo en estos momentos nos ha hecho replantearnos muchas cosas, entre ellas nuestra manera de encarar un futuro que se plantea incierto y económicamente bastante complicado. Ante esta situación, la mayoría de los hogares están decidiendo ser conservadores y moderar sus gastos y su consumo, en previsión de lo que pueda pasar. Así que sería razonable deducir que ese descenso en el gasto vaya a transformarse en ahorro en un futuro no muy lejano. Sin embargo, hay tantas formas de ahorro como circunstancias de cada persona, empresa y familia y por eso este estudio de la Mutualidad de la Abogacía, sobre el Ahorro Previsional en tiempos de Covid-19 arroja un poco de luz sobre la situación que estamos viviendo y puede ayudarnos a tomar decisiones mejor informadas que nos beneficien de cara al futuro. Aunque la pandemia haya azotado de forma diferente a cada uno de los países, es previsible que en todo el mundo se instauren nuevas políticas preventivas que contribuyan a fortalecer la economía familiar y las redes públicas de bienestar por el bien de todos.

Como norma general, el ahorro de los hogares suele descender en los momentos de expansión económica y aumentar durante las recesiones y desaceleraciones. Cuando llegan las vacas flacas, tanto las familias como las empresas tratan de evitar los riesgos innecesarios y equilibran los ingresos con los gastos para adaptarlos a las reducciones de ingresos producidas por la crisis. Según los datos del Banco de España, la tasa de ahorro de los hogares españoles en 2020 era del 7,36%, casi dos puntos más que en 2017, un año de expansión económica. Con motivo del shock traumático provocado por el Covid-19, el ahorro comenzó a crecer debido al cierre de establecimientos durante el confinamiento, la restricción de las salidas de la población y al patrón de frugalidad que se instauró como precaución ante lo que pudiera pasar. Este ahorro precautorio a corto plazo (el llamado colchón de toda la vida) se debe pues fundamentalmente a la incertidumbre que ha generado el no saber qué rumbo puede tomar la pandemia y las consecuencias que pueden acarrear para nuestra vida diaria y, sobre todo, para nuestra economía.

Esta necesidad de aumentar el ahorro precautorio a corto plazo hace que nos preguntemos si afectará negativamente en el ahorro previsional. Es difícil de predecir. Las terribles consecuencias sanitarias de la pandemia y las graves consecuencias económicas del confinamiento parece que han postergado el interés por los temas previsionales y lo han centrado en asuntos más inmediatos y cercanos en el tiempo. Sin embargo, lo urgente no debería quitar espacio a lo importante y por eso sería deseable que esa tendencia a la frugalidad y al ahorro adicional que estamos viviendo en la actualidad se mantenga y se convierta así en una inversión que financie el tránsito hacia una economía más productiva en el futuro. Para los ahorradores previsionales, este capital invertido a largo plazo podría suponer otras ventajas, como fortalecer sus recursos complementarios de cara a la jubilación. Tras el hundimiento del empleo y la caída de ingresos de la Seguridad Social por cotizaciones, el siguiente afectado será el déficit de las pensiones, agravado por la creciente longevidad de la población, y al que habrá que sumar la introducción del Ingreso Mínimo Vital. No existen soluciones simples para problemas complejos, pero los planes de pensiones y otros productos financieros complementarios y previsionales pueden convertirse en un salvavidas que aporten seguridad a los trabajadores en tiempos de incertidumbre. Por eso no sólo deberíamos tener “precaución” para ahorrar más en el presente, sino aprender a “prevenir” con el ahorro del futuro.

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