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20 julio 2023

¿Estás preparado para que tu mejor amigo abogado (a) sea tu socio (a)?

La camaradería universitaria forja sólidas amistades, tanto que son muchos los abogados y abogadas que sueñan con compartir su futuro en un proyecto empresarial: te explicamos cómo conciliar la amistad con el negocio de un bufete.

Desde hace siglos, el autoempleo ha sido para el abogado una de las salidas naturales para ejercer la profesión. Una decisión que en los últimos años se ha incentivado con la irrupción de nuevos modelos de negocio digitales que revolucionan la prestación de servicios jurídicos. Pero además del legaltech, el tradicional despacho (en versiones actualizadas como la boutique y la superespecializada o, por qué no, la tradicional) sigue siendo una opción recurrente.

Opción para la que en muchas ocasiones se busca la alianza con un o una colega, y qué mejor si además es un amigo (a): ¿o no?.

 

Solo o acompañado

Una de las primeras decisiones a las que se enfrenta el abogado (a) emprendedor es si hacerlo solo o acompañado. No existe una solución de manual, pero la decisión es tan importante que no se debe abordar exclusivamente desde parámetros emocionales. La primera regla es separar la amistad, por muy fuerte que sea, del negocio, razón por la que es tan importante valorar la conveniencia o no de buscar uno o varios socios desde un análisis de viabilidad del negocio: por mucha confianza que se tenga en determinadas personas, hay que asegurarse de que cuentan con el perfil correcto para aportar al proyecto.

 

Ventajas de ir acompañado (a)

A priori, el autoempleo acompañado ofrece ventajas evidentes:

Complementariedad. Es la recomendación principal que se suele hacer desde las escuelas de emprendimiento para la selección del socio (a). Busca una persona que cubra tus debilidades en habilidades duras y blandas. El ejemplo más clásico es ese reparto en que un socio (a) aporta una visión y gestión más estratégica, y el otro, habilidades comerciales para la captación de clientes.

Músculo financiero. Como segunda gran ventaja de la asociación, destaca una mayor capacidad financiera: dos siempre suman más tanto en recursos propios como a la hora de negociar con el banco. Sin embargo, este aspecto siempre debe ser valorado conforme a la exigencia financiera del proyecto, ya que una de las ventajas de emprender en la abogacía es la relativamente baja barrera de inversión, por lo que muchos proyectos son abordables de modo individual.

Mayor innovación y creatividad. ‘Uno más uno, suman tres’, un dicho que se da por sentado en el ecosistema emprendedor. La asociación fomenta la comunicación, el pensamiento colectivo y la autocrítica, factores muy asociados al poder de innovar, una fortaleza cada vez más presente e importante en el emprendimiento del sector legal.

Es más divertido. Al menos para el común de los abogados (as). Como seres sociales abordamos con mejor ánimo los retos en equipo, logrando una mayor resistencia ante los problemas que cualquier empresario debe abordar.

 

Desventajas

Ahora toca hacer un recorrido breve por las desventajas más asociadas al emprendimiento asociado, señalaremos dos principales.

Mayor esfuerzo organizativo. Por ejemplo, para la delegación y reparto de tareas, asunción de responsabilidades, supervisión, etc. De aquí la importancia de que los perfiles de los asociados sean complementarios.

Mayor inestabilidad del proyecto. Derivado de los desacuerdos de la visión del negocio o de sus objetivos, algo que aún se complica más si la relación con socio o socia es además de amistad.

En conclusión, la recomendación es separar entre amistad y proyecto empresarial. Solo desde esta visión, lo más objetiva posible, decide si te conviene ir acompañado de tu amigo o amiga abogada o de otros socios más idóneos.

Piensa que empezar bien es la mejor manera de asegurar vuestra amistad, como dice la sabiduría popular ‘cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la finestra’, o si prefieres, ‘cuando los problemas entran por la puerta del negocio, la amistad sale por la ventana”.

 

Cómo dar viabilidad a la empresa sin romper la amistad

Es probable que este análisis sobre la conveniencia o no de emprender con un amigo (a) te lleve al convencimiento de que es la mejor opción. En este caso, llega el momento de clarificar cómo va a ser esa relación. En realidad, se trata de la firma del pacto de socios y la adopción de otras medidas de compromiso personal, derivadas de vuestra amistad.

 

El pacto de socios (as)

De todas las medidas es la más importante. Este acuerdo suscrito por todos los socios (as) del negocio desde la constitución de la sociedad debe ser lo suficientemente amplio para garantizar una resolución de los conflictos que puedan surgir. Su objetivo es establecer las reglas:

  • Normas en caso de que haya que dirimir conflictos o situaciones de bloqueo en la toma de decisiones.
  • Funciones y dedicación de cada socio (a). Conviene que figure por escrito el tiempo de dedicación personal al proyecto y las tareas a las que cada socio se compromete.
  • Regulación de entrada de nuevos socios (a), incluidos los estrictamente financieros.
  • Regulación de la salida de socios (a). Para fijar sus condiciones en temas como el derecho de adquisición preferente de las acciones, los derechos de arrastre (o drag along, cláusula que obliga a los accionistas minoritarios a vender su participación cuando el comprador interesado quiere adquirir la totalidad de las acciones para hacerse con el control de la empresa) y de acompañamiento (o tag along, que permite a los minoritarios exigir la venta de sus propias acciones o participaciones de forma conjunta con el socio (a) o accionista mayoritario que reciba un oferta de adquisición de un tercero, y en las mismas condiciones).

 

Cláusula de no competencia. Un tema delicado a valorar es el pacto de que los socios se comprometen a no trabajar o ser socios de otras empresas con una actividad similar.

 

Reglas de convivencia

Por último, esbozamos unas medidas que pueden evitar que el conflicto o choque de intereses llegue. Se trata de recomendaciones de convivencia y buenas prácticas de gran utilidad para que el día a día en la empresa no se entrometa con la relación de amistad.

  • Diferenciar entre las discusiones del bufete y las personales. Las primeras solo se abordan de puertas adentro del negocio y nunca incluyen reproches personales.
  • Mantener la lealtad. Os une una relación de amistad y debe estar por encima de las desavenencias en el negocio, hablar siempre con sinceridad y respeto.
  • Abrir canales de comunicación. Aunque las responsabilidades en el despacho estén separadas, siempre deben existir unos cauces de información para saber qué está ocurriendo.
  • Revisar regularmente el plan de negocio y la visión que de él tiene cada socio (a). Hay que impedir que el día a día dificulte mantener una conversación sosegada sobre cómo van las cosas. Cerrar una reunión al mes para contraponer opiniones y resintonizar en el plan común es una buena práctica para que negocio y amistad evolucionen positivamente.

 

 

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