Mucho se habla en estos días de la paralización legislativa, producto de la falta de la formación de gobierno y a la espera de la repetición electoral en noviembre. ¿Qué tiene que ver eso con un sandox regulatorio? Mucho.
¿Qué es?
Empecemos por aproximarnos al concepto de sandox. Literalmente significa “caja de arena” o arenero, donde los niños pueden experimentar en un entorno protegido. En el ámbito de la economía digital es un espacio de pruebas controlado para nuevos modelos de negocio, que aún no están regulados, donde son supervisados por las instituciones regulatorias.
Lo que se pretende es un equilibrio entre el cumplimiento de las estrictas regulaciones financieras y la protección de los consumidores, sin asfixiar la innovación financiera de mano de las fintech. En estos sandox regulatorios se realizan convocatorias periódicas donde pueden participar diferentes proyectos para llevar a cabo sus pruebas con la máxima garantía, sobre todo para el cliente final.
Situación en España
“Este año, el 50 % de la inversión fintech en Europa la ha acaparado Reino Unido, pese al proceso del brexit, y el 35 %, Alemania, aunque no sea un país excesivamente potente en el sector financiero. Sin embargo, España solo concentra el 2 % de la inversión, lo que pone de manifiesto la necesidad de incrementar el capital para que el ecosistema de la innovación financiera siga creciendo en España”, afirmó recientemente Rodrigo García de la Cruz, presidente de AEFI (Asociación Española de Fintech e Insurtech).
Todo tiene que ver con la paralización del anteproyecto de ley para la creación del sandox. “Nuestro país está perdiendo una oportunidad de situarse como referencia internacional como el primer país de habla hispana que pone en marcha”, opina. Lo cierto es que el 22 de febrero pasado el Consejo de Ministros aprobó este anteproyecto de ley, pero debe ser tramitado en el Congreso y para esto se debe esperar a la formación de un nuevo gobierno.
Oportunidades del sandox:
- Generación de 5.000 empleos en los próximos dos años.
- Atracción de 1.000 millones adicionales de inversión.
- Acercamiento entre las startups y las grandes entidades financieras, como ya ha sucedido en el Reino Unido.
- Aumento y mejora de la competencia.