La Abogacía se ha caracterizado por ser una profesión tradicionalmente conservadora y reticente a los cambios. Este panorama ha cambiado radicalmente en los últimos años con la irrupción de la innovación tecnológica en el sector. Pero ¿qué son y cómo están transformando las legaltech el mundo jurídico tal como lo conocíamos?
Al servicio del abogado
Aunque es en los últimos cinco años cuando el término legaltech gana fuerza, ya en los albores de este siglo en Estados Unidos y el Reino Unido se utilizaba para denominar aquellas herramientas tecnológicas que se ponían al servicio de los abogados para ayudarles en sus tareas, como la contabilidad o la clasificación de documentos. El término, en última instancia, no significa otra cosa que el uso de la tecnología aplicada al sector legal.
Sin embargo, las siguientes generaciones de legaltech dieron un gran salto de la mano de soluciones más disruptivas proveedoras de servicios jurídicos, como la automatización de procesos (chatbots; generación y corrección de contratos o demandas, etc.) o la tecnología blockchain (como los smart contracts o contratos inteligentes).
Cambio cultural
Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Esta frase bien podría resumir el cambio de actitud por parte de la profesión en el último lustro. El sector ha dejado de ver la tecnología como una enemiga para verla como una oportunidad (inevitable) de adaptarse a un cambio ya imparable de la forma en que se entiende y se ejerce la profesión.
¿Supone que el abogado desaparecerá? No, salvo aquellos que sean incapaces de ver la tecnología como una aliada. El profesional se centrará en tareas que añadirán valor para él y sus clientes, y utilizará la tecnología para aquellas que sean automatizables.
Servicios de las legaltech
Podríamos decir que existen tres grandes áreas de software aplicado al sector legal:
- Aquellos que automatizan o aceleran las tareas de los abogados, reduciendo el tiempo y con ello el coste (herramientas de facturación, análisis de documentos, etc.).
- Los que reemplazan al sector jurídico más tradicional (por ejemplo, herramientas para autogenerar documentos o contratos legales).
- Aquellos que implican una nueva forma de contactar con potenciales clientes (analítica de bases de datos, marketplaces jurídicos, etc.).