Abogada, empresaria, UX design unicorn (como se conoce en la jerga a los diseñadores con amplia experiencia en distintas disciplinas), profesora y más recientemente programadora. No resulta sencillo presentar a una persona como Karol Valencia, una profesional del legal design que con solo 33 años no deja de atender con pasión a sus muchas inquietudes.
Licenciada en abogacía por la Universidad Católica San Pablo de Perú, país natal donde ejerció durante siete años, justo antes de caer atrapada por el área de innovación y transformación digital. Un camino que la llevó a Nueva York en 2017 para capacitarse en diseño y experiencia de usuario, donde encontró unas poderosas herramientas para transformar el sector como legal designer: “Hay que hacer que los servicios legales y de justicia sean no solamente más entendibles y comprensibles, sino que sean accesibles y atractivos, porque, ¿qué sentido tiene enviar una demanda que el ciudadano no entiende?”, se pregunta.
El carácter inquieto de Valencia finalmente le llevó a aterrizar en Madrid pocas semanas antes del confinamiento por la Covid-19, tiempo en que se gestó Wow Legal Experience. Se trata de un contenedor de proyectos innovadores que ha cofundado y que, de momento, se ha centrado en poner cabeza abajo muchas de las convenciones en la prestación de servicios legales. Mutualidad se reúne con Karol Valencia poco antes del 19 de noviembre, Día Internacional de la Mujer Emprendedora.
Una mujer abogada y empresaria sobradamente preparada como usted, ¿tiene más que celebrar o que reivindicar en el Día Internacional de la Mujer Emprendedora?
Por supuesto, que reivindicar. Empezando por la labor de grandes profesionales, por ejemplo, yo tengo un listado de mujeres que me sorprenden porque creo que a las chicas nos falta un poco más de seguridad, y una buena vía para ganarla es reivindicando su labor. Yo misma hablo de un doble síndrome del impostor: por un lado, cuando explico que soy abogada pero no ejerzo en tribunales, no parezco suficiente abogada. Y por otro, cuando digo que soy diseñadora, no me consideran abogada.
Pero si pudiera pedir un único deseo en este día, ¿cuál sería?
Más apoyo entre nosotras. Es triste reconocerlo, pero a veces la enemiga de una chica es otra chica: siento que debemos apoyarnos más. Como he dicho, reivindicando nuestra labor, estableciendo mejores vías de colaboración en la que ambas partes sumen, y conociéndonos mejor: a mí no me importa tanto el rol que una persona desarrolla en una organización, cómo saber qué le mueve y motiva, conocer a la persona.
El lema de Wow Legal Experience es ‘humanizar y rediseñar el derecho y los servicios para las personas’. ¿La presentación de los servicios legales está muy alejada de sus clientes?
Sí. Creo que los servicios legales del sector tanto los de asesoría como el de justicia están muy alejados, sobre todo del cliente final, que no es el abogado, es el ciudadano. La misión de nuestra empresa es humanizar esos servicios frente a todas las personas con las que interactúan. Se trata de no usar tanta jerga jurídica y tecnicismos, y más un lenguaje claro y visual. Por eso recomiendo tanto el uso de técnicas como Visual thinking que, por ejemplo, serviría para que al final de una reunión, se entregue al cliente una infografía resumen destacando la parte más importante de la consulta.
Un déficit que se extiende a las webs y las plataformas de servicios online…
Mejorar el tema de la usabilidad es vital. Hay que conseguir que los servicios legales y de judicatura no sean solo entendibles, sino también accesibles y atractivos. Pero al abogado nadie le ha enseñado que hay otras formas de hacerse entender: ¡cuántas veces el cliente sale de una consulta con más dudas de las que entró! Y eso no quiere decir que sea un mal o buen abogado, lo que ocurre es que nadie le ha explicado que debe modular su discurso y sus recursos tanto cuando habla como en la web, en función del conocimiento legal y nivel de digitalización del cliente.
Pero lo cierto es que en la cara B del proceso de digitalización estamos viendo discriminación y deshumanización
El objetivo es conciliar ese objetivo de digitalización, que todos vemos tan necesario, con la ética, y hay formas de hacerlo. La primera es capacitando, porque hay personas que están interesadas en aprender a moverse en esos entornos. En segundo lugar, tenemos el ejemplo del sector financiero, que está asumiendo que hay una serie de clientes, que por edad o la razón que sea, les gusta ir a ventanilla y que alguien les atienda, porque esa es la banca que siempre han conocido. Y para ambos hay que contar con un equipo de diseño de servicio y, muy importante, de producto, que logre una interrelación amable y efectiva con el usuario. Eso es lo que hace mi equipo, diseñamos servicios y productos orientados a cada tipo de usuario.
¿Ve a sus colegas abogados dispuestos a apostar por el cambio?
Sí les veo motivados y, sobre todo, me gusta mucho ver cómo instituciones como Mutualidad meten oxígeno, porque el cambio hay que andarlo. Aquí veo dos tipos de perfiles, uno más teórico que marca pautas, y los que accionan el cambio. Yo me siento en el campo de batalla, pero considero que necesitamos a ambos.
Habla de profesionales del derecho rehabilitados, ¿a qué se refiere?
El que ha llegado a preguntarse, ¿qué hago ahora? Ese es el momento que marca el inicio de la rehabilitación. Son los que se plantean si pueden continuar instalados en el modelo tradicional o deben cambiar. Como abogados no podemos cambiar el sistema, que es el que es, pero como profesionales del derecho sí podemos cambiar la forma en que actuamos. Cada uno debe determinar cómo quiere hacerlo, identificando qué le hace falta para ser más eficiente, puede que decida mejorar sus conocimientos de informática o aprender la metodología agile de gestión de proyectos, o que quiera mejorar sus habilidades de comunicación. Mi esperanza es que en poco tiempo solo hablemos de abogados del futuro.
¿Es una persona positiva?
Hay que ser optimista, porque quizás no voy a ver los cambios que con tanto ahínco impulso. Pero ya veo a abogados que han cambiado la forma de redactar un email, que es un pequeño gran cambio, algunos incluso utilizan emojis. Espero que en unos 20 años podamos ver una justicia totalmente digital y totalmente humanizada, un BOE que sea accesible y comprensible en todos los idiomas oficiales de España, y unas webs accesibles, porque las de ahora no cumplen ni con las normas más elementales en materia de usabilidad.
Entre sus muchos intereses y preocupaciones está la atención a la salud mental: ¿por qué?
Me tomo muy en serio ese tema. En primer lugar, porque yo tengo un leve trastorno de límite de personalidad. Tengo alguna publicación reflexionando sobre ello porque es importante que cuando tú lo compartes esa situación con alguien ni estigmatice ni condicione, entre otras cosas, porque si no te lo hubieran dicho ni siquiera lo hubieras sabido. Por eso en mi empresa, la plantilla es neurodiversa, fomentamos un ambiente sano en que cada uno se pueda expresar como es.
Una plantilla que también ha apostado por el talento sénior, ¿qué aporta?
Para nosotros es un honor que quieran invertir su tiempo en nosotros: ¡gracias! Ofrecemos mucha flexibilidad para formar parte del equipo a tiempo completo, media jornada o voluntariado, y hay personas que han encontrado aquí un espacio donde seguir creciendo. En un momento en que, pasados los cincuenta, no sabían muy bien por dónde tirar, han encontrado un espacio de poder desde el que hacer cosas vinculadas al sector jurídico. Para nosotros son muy importantes, tanto como los que se incorporan recién acabada la universidad y llegan con el sueño de empezar una carrera en un sector tan complejo como el legaltech.
¿Y todo es compatible con un modelo empresarial viable?
Tener esa flexibilidad laboral también sirve para equilibrar la balanza económica. Además trabajamos en otros proyectos, yo, por ejemplo, como consultora.
¿En qué trabaja ahora Wow Legal Experience?
Este año ha sido de crecimiento exponencial. Hemos generado muchos vínculos con partners y vamos a sacar dos productos en 2024 y uno más en 2025. Está muy bien ganar concursos, pero hay que garantizar la sostenibilidad con proyectos que ofrezcan viabilidad en el corto plazo.
¿Qué puede avanzar?
Uno irá dirigido a la ley de visados de nómadas digitales, porque nos parece que hay una gran oportunidad en la legaltech aplicada a extranjería. En 2024 también sacaremos un tema muy del ciudadano relacionado con el conflicto en las parejas, en todo tipo de parejas. Este año estaremos también cocinando un proyecto sobre tributación, el terror de los abogados en todo el mundo, para el que buscamos un partner que aporte esa perspectiva tributaria de primer nivel.
Es muy activa en redes sociales, ¿con qué objetivos?
Me aportan mucho, clientes y conexiones. Pero no me gusta quedarme en una invitación, que la conversación se quede en un saludo, intento conocer a la persona. Además, las redes sociales son un canal muy interesante de conocimiento, para acercarse a nuevas realidades que te interesan.
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