Sin duda, el modelo de producción de Henry Ford a principios del siglo XX revolucionó el sistema de producción de automóviles y de la industria en general. La cadena de montaje permitió pasar de producir de forma artesanal y a pequeña escala a hacerlo en grandes cantidades y en poco tiempo.
Sin embargo, la familia industrial Toyota decidió ir un paso más allá. ¿Cómo? Evolucionando la cadena de montaje para producir solo lo que se necesitaba y de forma “limpia”, evitando defectos y, con ellos, el desperdicio. Es el Toyota Production System. Puede que no te suene con ese nombre, pero seguramente sí con el que se ha popularizado: Lean.
¿Qué es Lean?
Es una metodología o filosofía que hace hincapié en la eliminación de todo aquello que no aporte valor añadido para obtener un producto y una experiencia final de gran calidad para los clientes. Es decir, Lean se centra en obtener mayor calidad reduciendo el tiempo de ciclo y los costes.
De forma muy resumida, podemos decir que Lean se focaliza en incrementar la eficiencia productiva en todos los procesos. ¿Cómo? A partir de la implantación de la filosofía de gestión kaizen de mejora continua en tiempo, espacio, desperdicios, inventario y defectos. Además, en esta metodología se involucra al trabajador, generando en él un sentido de pertenencia, ya que participa en el proceso proponiendo ideas sobre cómo hacer las cosas mejor.
De aquellos polvos, estos lodos
Todo empezó por su aplicación a empresas que utilizan tecnología puntera, como la propia Toyota, Caterpillar o Nike. Pero con el paso del tiempo, Lean ha demostrado ser eficaz para otros sectores o empresas cuando buscan mejorar su producto o servicio en el mercado.
Seguramente a nadie en nuestro sector se le escapa el término Lean Project Management, que no es otra cosa que la filosofía Lean aplicada a la gestión de proyectos. O la adaptación a nuestro sector, con el nombre de Legal Project Management, a través de la combinación de software y de metodologías.
O incluso las tendencias más actuales de las metodologías Ágiles, como Scrum o Kanban, todas bajo el paraguas de le mejora continua de Lean. Ya tendremos tiempo en ahondar en estas metodologías Ágiles (o Agile, en inglés), pero implican adaptar métodos de desarrollo de software a la forma de trabajo. Suponen un cambio cultural en la organización hacia el trabajo colaborativo, flexible, de respuesta rápida y transparente.
Lean y Abogacía
Como vemos, la filosofía Lean ha llegado a nuestro sector, aunque no sin dificultades y barreras que aún no ha terminado de derribar. Esta profesión ha sido considerada tradicionalmente artesanal, muy personalista, rígida en sus procesos y con ausencia de transparencia hacia el cliente (entendida como falta de monitorización de los procesos por parte de este). En cuanto a la manera de trabajar, aunque está en pleno cambio, han imperado las estructuras jerarquizadas, con reserva de información y muy presenciales.
Sin embargo, el cliente ya no es lo que era. Sus necesidades y expectativas se han transformado y, con ellas, ha llevado el cambio digital a otros sectores. Ahora le toca a la Abogacía.