Los jueces-robot dotados con los poderes tecnológicos de la inteligencia artificial (IA) o el aprendizaje automático ya imparten justicia en China o Estonia. Así avanza la automatización de la justicia en el mundo.
El sistema argentino Prometea predice la resolución de un caso judicial con el 96% de acierto en 20 segundos. En Estonia todos los pleitos que no superen una reclamación judicial de 7.000 euros están totalmente automatizados. En España 230.000 personas se beneficiaron en 2021 del nuevo sistema automatizado para cancelar de oficio los antecedentes penales.
La automatización de la administración de justicia avanza en un viaje sin retorno. El objetivo de estos sistemas es reducir la intervención humana, optimizando los tiempos de trabajo y acortar los plazos de tramitación del servicio al ciudadano, aumentando sus capacidades y la de los profesionales.
Al servicio de estos objetivos están las nuevas tecnologías. Sistemas y plataformas informáticas que incorporan inteligencia artificial, aprendizaje automático y robotización para organizar grandes volúmenes de información jurídica, elaborar informes y gráficos comparativos; guiar, redactar, enviar documentos de forma automatizada y, en muchos casos predecir soluciones jurídicas con altos niveles de acierto, en una figura que se conoce como juez-robot.
La justicia de Buenos Aires a la vanguardia
Una de las experiencias pioneras más interesantes en lengua castellana se ha desarrollado en Argentina. Fruto de la colaboración del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la Universidad de Buenos Aires, nació el Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial de la Facultad de Derecho de Buenos Aires (IALAB), un referente mundial en la automatización de la justicia.
Una de sus experiencias de éxito es el sistema Prometea. Nacido “con el objetivo de agilizar la justicia y permitir un mejor uso de los recursos”, según explica su codirector y doctor en Derecho, Juan Gustavo Corvalán, el sistema consigue mejorar la operativa de diferentes trámites con un fuerte componente de servicio social y respetando los derechos del ciudadano, puntos en el que sus creadores insisten conscientes de que muchas voces del sector advierten de que la automatización no puede tener carta blanca para operar sin la supervisión de la inteligencia humana.
“En este proceso de desaprender y aprender nuevas lógicas debido a la incorporación de IA a la gestión pública, las administraciones necesitan desarrollar una adecuada gobernanza de los datos a la vez que deben garantizar un desarrollo sostenible e inclusivo de la IA, que no cree brechas de desigualdad en la sociedad, sino que reduzca las ya existentes. Por lo tanto, dicha transformación debe gestionarse desde un enfoque de tecnología social”, explica en una entrevista a The Technolawgist.
Prometea ya engrasa la maquinaria administrativa judicial bonaerense en materias como infracciones menores, procedimientos de tráfico o políticas sociales (por ejemplo, para la gestión de subsidios).
Pero la mejor forma de entender su propuesta y beneficios es atendiendo a los datos que el propio Corvalán ofrece. Algunos de los logros del IALAB en Buenos Aires, en Colombia o en la Corte Internacional de Derechos Humanos, tres de los lugares donde se utilizan son:
- Con una tasa de acierto del 96%, predice la solución a un caso judicial en 20 segundos. En la dinámica de la Administración bonaerense, esto supone la elaboración de un millar de dictámenes jurídicos en el área de vivienda en 45 días, lo que por un procedimiento normal hubiera significado 174 días de trabajo.
- En la Corte Constitucional de Colombia, Pretoria ha conseguido una reducción del tiempo destinado a la selección de casos urgentes de 96 días a tan solo dos minutos. Siempre con supervisión humana, el sistema determina el rango de prioridad de cada expediente, generando hasta 14 de los documentos necesarios en 16 minutos, lo que llevaría 2,40 horas a un funcionario experimentado. En este vídeo el propio Corvalán resume el funcionamiento técnico del que aseguran es el primer sistema de inteligencia artificial predictivo utilizado en un máximo tribunal judicial del mundo.
En la Corte Internacional de Derechos Humanos opera como un asistente virtual generador de notificaciones y como herramienta de búsqueda avanzada.
Las administraciones de justicia del mundo apuestan por la IA
Según la prensa especializada, el Ministerio de Justicia español ya se ha interesado por las propuestas del organismo bonaerense, pero en el mundo hay más ejemplos.
- Modelo pionero es Comas (Correctional Offender Management Profiling for Alternative Sanctions) de la Administración de Justicia de Wisconsin (EE. UU.). Ofrece desde 1998 una estimación del grado de peligrosidad y del riesgo de reincidencia de los procesados, analizando 137 factores. Sin embargo, su eficacia o fiabilidad ha sido cuestionada, tanto por su nivel de acierto frente al veredicto de un profesional o por ser acusado de vulnerar los derechos del ciudadano por falta de transparencia, como ocurrió en el caso Eric Lomis.
Para el profesor Martínez Zorrila, de la Universitat Oberta de Barcelona (UOC): “Más que concebirlo como una aplicación de la inteligencia artificial a la decisión judicial, debería entenderse como una herramienta tecnológica más de apoyo al decisor, como pueden ser las bases de datos jurídicas”, escribe en su publicación El juez artificial: ¿próxima parada?
- En Estonia ya operan los llamados jueces-robot en la resolución de demandas no superiores a los 7.000 euros, pero este es solo uno de los avances de la república báltica en su esfuerzo por automatizar su justicia, donde es un referente.
- China se ha dotado del Tribunal de Internet de Pekín, al que los ciudadanos pueden acudir para resolver litigios sencillos con la mediación de un juez virtual que, de momento, solo presta apoyo a los jueces reales agilizando el proceso.
El departamento de Registros español de apoyo a la actividad judicial habilitó en 2021 un sistema automatizado para cancelar de oficio los antecedentes penales. Durante su primer año, 230.000 ciudadanos cancelaron 242.0000 antecedentes.
Ventajas en la automatización de la justicia
Los ejemplos de la utilización de IA en la justicia y la predicción de sentencias se multiplica y, en opinión de Martínez Zorrilla, “no parecen ser una opción, sino sencillamente algo que está ocurriendo y que tendrá un impacto cada vez mayor”.
En este escenario, el profesor de la UOC señala alguno de los aspectos, que valora positivos, de esta intervención.
- Imparcialidad: “Las decisiones estarían libres de los sesgos que, aun de manera inconsciente y reconociendo el gran esfuerzo realizado por la inmensa mayoría de jueces por mantener su imparcialidad, pueden afectar a los decisores humanos”. Hay que recordar que un algoritmo es imposible que se comporte de manera diferente a la que haya sido programada, si bien hace falta que su código sea público y susceptible de supervisión, que sea transparente.
- Consistencia: “Reducir la variabilidad y la multiplicidad de criterios, interpretaciones, etc. en las decisiones vinculadas a la propia pluralidad de los órganos decisores (jueces y tribunales)”. Algo que ocurre ahora cuando distintos órganos interpretan de modo diferente los mismos preceptos legales. “El uso de algoritmos de decisión garantizaría la misma interpretación y los mismos criterios de decisión, y por tanto una mayor consistencia en la jurisprudencia”.
- Previsibilidad: “Sería posible conocer con un alto nivel de precisión las consecuencias jurídicas de nuestros comportamientos, incluso sin necesidad de iniciar un proceso judicial, de manera que mejoraría el grado de autonomía personal al contar con mejores criterios acerca de las consecuencias de cada alternativa de acción, ayudando así a la toma de decisiones del agente”.